Hace seis meses, el 20 de abril, el adolescente Carlos Alberto Bonilla López, de 17 años, recibió un disparo en el ojo derecho, y este sábado fue recordado por sus compañeros de la Banda Independiente Renacimiento, quienes tocaron en su nombre en el cementerio de Ciudad Sandino, donde vivía.
Bonilla López es uno de los menores de edad que han muerto en el contexto de las protestas cívicas contra el régimen de Daniel Ortega. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), confirmó que son 24 en total. La muerte del joven sorprendió a sus compañeros, con quienes compartía el amor por los instrumentos musicales.
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La tarde de este sábado, los amigos de Carlos se vistieron con su traje: camisa roja y pantalón blanco, entonaron la canción que más le gustaba a Carlos: 17 años, de la banda mexicana Ángeles Azules, casualmente la misma edad que tenía cuando lo mataron.
Jesús Hernández conoció a Carlos a los 13 años, tocaron juntos en diferentes bandas rítmicas, lo recuerda como un joven alegre y sociable. Asegura que el adolescente era “uno de los mejores” y por eso siempre iba en primera fila. Su partida “fue un golpe duro”, dijo.
Asimismo, Gerald Herrera explicó que el homenaje que hicieron a Carlos fue porque a él le gustaba tocar. Cuando llega a los ensayos es triste porque estaban acostumbrados a verlo, pero ya no esta más. “Los ojos de la banda estaban puestos en él” porque era uno de los que bailaba y daba vida a su bombo con piruetas en el aire.
Carlos murió en Ciudad Sandino y, a seis meses de su asesinato, no se conocen avances para que se haga justicia, sus amigos esperan que algún se castigue a los responsables.
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