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Con banderas azul y blanco, los participantes de la misa se manifestaron dentro de la Catedral. LA PRENSA/M. Esquivel

Nicaragüenses realizan protesta en la Catedral tras misa por la liberación de los presos políticos

Al finalizar la misa en la Catedral de Managua, los asistentes sacaron sus banderas azul y blanco y gritaron a todo pulmón los nombres de los presos políticos

Después de tres semanas desde que la Policía Orteguista incrementó el asedio a las marchas azul y blanco, impidiendo cualquier tipo de protesta en las calles, los autoconvocados lograron este domingo protestar en la Catedral de Managua, donde clamaron por justicia y libertad.

Podían verse las fotos de los reos políticos para quienes sus familiares pidieron la excarcelación. El sacerdote Rodolfo López ofició la misa de las 11:00 a.m. en la Catedral, dedicada a los presos políticos.

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El oficio se da también cuando se cumplen seis meses desde que inició la rebelión cívica, brutalmente reprimida por la dictadura de Daniel Ortega dejando un saldo de muertos que oscila entre 322 y 512.

Al finalizar el acto religioso, los asistentes improvisaron una manifestación. Alzaron sus banderas azul y blanco, gritaron a todo pulmón los nombres de los presos y recordaron que sus muertos “¡no eran delincuentes!, ¡eran estudiantes!”.

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En un mensaje por separado, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, en una misa oficiada en la iglesia San Francisco de Asís, de Bolonia, hizo un llamado más tarde a cultivar la memoria histórica y el espíritu crítico.

Azul y blanco

A la Catedral, la mayoría de los feligreses llegaron vestidos de azul y blanco. Algunos ondearon la bandera nacional (azul y blanco) durante toda la misa; otros mostraban fotos de los presos con la ya conocida expresión: “Los queremos libres”. Hubo quienes sostenían entre sus manos una vela encendida. Un lenguaje de símbolos con los que el pueblo ha pedido un cambio democrático desde abril pasado.

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Durante la misa se esparció el rumor de presencia de paramilitares en las afueras de Catedral y adentro también. Pero no se reportó ningún ataque ni secuestro.

Ha sido una constante que después de las marchas o plantones azul y blanco secuestren a los participantes, principalmente a los jóvenes.

La última marcha

La última marcha, convocada el pasado 14 de octubre en Managua, ni siquiera logró arrancar. La Policía antidisturbios fue desplegada en toda la capital. 38 personas fueron detenidas con lujo de violencia en el sector de Camino de Oriente, donde se había concentrado un grupo para manifestarse. Ocho fueron liberados la tarde de ese mismo día y las otras treinta hasta el día siguiente.

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Sin embargo, más de trescientas personas siguen presas por participar en las protestas que demandan la salida de Daniel Ortega del poder, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Azahálea Solís, miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y participante del Diálogo Nacional, estuvo en la misa. Dijo que no van a dejar de protestar porque es un derecho constitucional y una voluntad espontánea del pueblo.

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“Recibo casi todos los días llamados de los familiares de los presos políticos que nos dicen que no dejemos las calles, que sigamos en la protesta, que sigamos haciendo acciones cívicas y yo creo que es una cuestión de justicia elemental continuar las marchas por los presos políticos, pero fundamentalmente para salir de esta situación oprobiosa que estamos viviendo”, dijo Solís.

A la misa también asistieron madres y familiares de los presos políticos, entre ellas Mercedes Dávila, mamá de Edwin Carcache. También hizo presencia Miriam del Socorro Matus Alemán, la señora de 78 años conocida como doña Coquito, quien se popularizó por regalar el agua helada que vendía a las madres que lloraban la muerte de sus hijos.

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El país vive una crisis desde el pasado 18 de abril. Los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), encabezada por el cardenal Leopoldo Brenes, fueron mediadores del Diálogo Nacional para buscar una salida pacífica a la crisis que vive el país, sin embargo, las conversaciones fueron suspendidas por la continua represión contra las protestas civiles y Ortega ahora los acusa de golpistas por hacerse del lado de la población.

En su llamado a cultivar la memoria histórica, Báez explicó que recordar el pasado permitirá que “las formas caudillistas, autoritarias y criminales de ejercer el poder que se han dado en nuestra patria sean eliminadas para siempre”.

“El poder es para servir”

Previo a la misa azul y blanco en la Catedral de Managua, el cardenal Leopoldo José Brenes ofició la misa de las 8:00 a.m. en esta misma iglesia.

El cardenal dijo en la homilía que “el poder es para servir”, no para servirse ni para aplastar a los demás.

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Brenes luego explicó a los periodistas que si no se pone a la persona idónea en el poder, se corre el riesgo de que abuse y desconozca su principal función, que es el servicio a los demás.

“Desgraciadamente en la vida de nosotros los hombres a veces no entendemos que un poder que se nos da es en vista de un servicio. Todos ustedes conocen aquel dicho: es lo peor poner a un indio a repartir chicha”, dijo el cardenal.

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El pasado 9 de julio, el cardenal Brenes, el obispo auxiliar Silvio Báez, el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, entre otros, fueron agredidos por turbas del FSLN en Diriamba, Carazo.

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