En Nicaragua todo transcurría en aparente normalidad, los ciudadanos acudían a sus actividades diarias, no mostraban en apariencia inconformidad por el autoritarismo en el que ha gobernado durante once años el dictador Daniel Ortega, hasta que en abril pasado las cosas cambiaron tras los cambios anunciados por el régimen a la seguridad social en perjuicio del pueblo, lo que propició protestas pacíficas de los estudiantes, pero el gobierno respondió a sangre y fuego.
Esa violenta crisis que vive Nicaragua desde hace seis meses, fue recreada por 16 actores que la llevaron a escena al teatro.
Actores de diferentes nacionalidades radicados en Miami, presentaron la obra de teatro Me duele respirar el pasado sábado en la ciudad de Miami, en un esfuerzo de visualizar a través del arte el drama que viven los nicaragüenses producto de la violencia del Estado contra manifestantes que demandan la salida del poder de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidente designada, Rosario Murillo.
El crimen de Alvarito Conrado
La obra, escrita por Miriam Benard, y los hermanos Christian y Rina Ocón, se desarrolló en medio de una combinación de teatro testimonial (monólogo) y teatro dramático.
La obra teatral dramatiza las protestas, los tranques y las consignas más populares contra Murillo y Ortega, como la de “sobaco peludo, te vas con el trompudo”,que arrancaron más de una risa de los asistentes a la obra.
Uno de los primeros dramas puesto a escena fue el asesinato del primer menor de edad asesinado por el orteguismo, el de Alvarito Conrado, el adolescente que fue impactado con un disparo en el cuello por un francotirador. Alvarito falleció desangrado, el gobierno dio la orden de no atender a los manifestantes heridos.
La joven actriz Vanesa Casco, sobrina de la escritora Miriam Benard, escenificó el contexto del crimen cuando Alvarito llevaba unas botellas de agua que había comprado a escondidas de sus padres en Metrocentro, para llevar a los estudiantes que recogían víveres en la Catedral de Managua.
La actriz logró escenificar el doloroso momento en que el menor recibe el disparo en el cuello hasta sus últimos suspiros de vida en el que expresó “me duele respirar”, un drama cargado de emotividad.
Monólogo de madres cuyos hijos fueron secuestrados y asesinados
Otro de las escenas impactantes fue el monólogo de las madres cuyos hijos fueron secuestrados y asesinados en el contexto de las protestas.
Vistiendo de luto y de manera magistral las actrices lograron escenificar las palabras, el dolor y el llanto de las madres de los estudiantes asesinados.
El papel represor de la Policía Orteguista y de los paramilitares afines al dictador Ortega, convertidos en verdugos del pueblo, quedo evidenciado.
En la obra los actores llevaron a escena el crimen de una familia en el barrio Carlos Marx, en Managua, en el que murieron seis personas calcinadas, entre ellos dos niños.
El inmueble, en el que también había una fábrica de colchones fue incendiado por paramilitares en represalia porque el propietario del inmueble no les permitió el ingreso a francotiradores para disparar desde la terraza del edificio a manifestantes antigubernamentales.
Los insultos y las descalificaciones de una Rosario Murillo, envuelta en trapos extravagantes, también fue interpretado en la obra.
Al final de la puesta en escena, los actores hacen un resumen del saldo de la represión gubernamental tras seis meses de protesta, y deja de manifiesto la amenaza y la inseguridad que rodea a los nicaragüenses en el país producto de la violencia que promueve el Estado.
Y es que Christian Ocón, el director, dijo que la obra “es una denuncia, es contar por medio del teatro la historia de lo que ha venido sucediendo en Nicaragua, desde que inicio la crisis hasta la fecha”.
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Al final de la obra los actores hacen un resumen de la violencia de Estado, y dejan de manifiesto el cansancio del pueblo a esas políticas de violencia y represión que promueve Ortega.
“Ya llevamos más 16 marchas masivas, paros nacionales, saqueos y edificios quemados”.
“La represión en Nicaragua ha dejado un saldo de más de 500 muertos, más de 1,500 desaparecidos, más de 600 presos políticos, más de 3,000 heridos, y más de 23 mil exiliados”.
“De que se van, se van”; “que se rinda tu madre”, con esas consignas, y portando un lápiz labial color rojo con el que los actores de pintan los labios para representar a la Asociación de Mujeres de Pico Rojo, concluyó la obra, la que contó con el respaldo de nicas autoconvocados de Miami.