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Ángela Espinoza denuncia la captura de su hijo Bismarck Castro Morales el 24 de septiembre. LA PRENSA/M. VÁSQUEZ

Lo secuestran en campo de béisbol en Managua y luego aparece acusado de terrorismo

Bismarck Castro Morales está siendo procesado por obstrucción al servicio público y otros delitos por haber colaborado en las barricadas de su barrio

Ángela del Carmen Espinoza denunció ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) que su hijo Bismarck Antonio Castro Morales, de 35 años, fue secuestrado de forma violenta por la Policía Orteguista el 24 de septiembre de 2018, cuando estaba en un cuadro de béisbol cerca de las Américas Uno, de Managua.

Ahora está siendo procesado por obstrucción al servicio público y otros delitos “por haber colaborado en las barricadas” de su barrio en protesta contra el régimen de Daniel Ortega, en junio pasado.

Entre el 18 de abril y el 13 de julio de este año, muchos nicaragüenses levantaron tranques en diferentes departamentos del país y barricadas dentro de los barrios por temor a la represión realizada por policías y paramilitares contra el pueblo desarmado.

Espinoza relató que unos amigos del barrio le avisaron que la policía golpeó a su hijo y se lo llevaron, por lo que se fue a buscarlo al Distrito VII de la Policía y le dijeron que lo tenían capturado como “foco”, aunque no le explicaron porqué o de qué, le dijeron que esperara las 48 horas de investigación.

Su sorpresa es que a los 23 días de detención ilegal, lo acusaron de terrorismo y otros delitos.

Exigió un abogado de su elección

Castro Morales, cuyo oficio es soldador, está siendo procesado en el juzgado Quinto Distrito Penal de Audiencia de Managua, donde hoy 23 de octubre, tenía programada audiencia inicial, pero este se opuso a que la celebraran, según su mamá, porque no quería que lo representara un defensor público.

“A él lo traen el 16 de octubre a los juzgados sin avisarnos y le asignaron una defensa pública. Nosotros nos dimos cuenta cuando su papá fue a dejarle comida al distrito y ya no se la aceptaron porque lo habían trasladado al sistema penitenciario por orden judicial”, expresó la progenitora.

Espinoza sigue siendo víctima de la desinformación del régimen, porque mientras su hijo estaba adentro de los juzgados, ella esperaba noticias en las afuera de los juzgados, sentada en un silla que alquila por 10 córdobas, pues la mayoría de jueces no permiten que familiares estén presentes en las audiencias judiciales.

Ahora el procesado se opuso a que le asignaran un defensor público y pidió ejercer su derecho de elegir un abogado de su elección.

Al menos esta petición fue concedida por el juez Julio Cesar Arias, quien reprogramó la audiencia inicial para el próximo 26 de octubre, dijo su mamá.

No se le ocupó arma

Según acusación del Ministerio Público, Bismarck Antonio Castro Morales es responsable de portación ilegal de arma, aunque no se le ocupó ninguna durante la captura ni en el allanamiento de su casa.

También lo señalan de obstrucción al servicio público y homicidio frustrado en perjuicio del antimotín orteguista Rafael Cárdenas, miembro de la Dirección de Operaciones Especiales de la policía al servicio de la familia Ortega-Murillo, porque presuntamente le disparó durante las protestas.

Los hechos supuestamente ocurrieron el 23 de junio en Villa Austria, aunque los familiares dicen que es falso y nadie supo del supuesto policía herido.

“Mi hijo sí apoyó en las barricadas del barrio de las Américas Uno y Villa Austria, pero nunca anduvo armado. Eso es falso”, dijo su madre, quien teme que la Justicia al servicio del orteguismo lo condene bajo el macabro y corrupto esquema de “juicio”: con testigos encubiertos, policías y empleados públicos y activistas del partido de gobierno como “testigos”, con la complicidad de los jueces designados al servicio de la dictadura.

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