Al final del Sínodo de los Obispos 2018 el sábado por la tarde el papa Francisco alertó a la comunidad religiosa de que la Iglesia católica está siendo atacada y perseguida en diferentes partes del mundo por lo que les llamó a defenderla, según publicó el diario Vaticano News.
En ese encuentro sobre los Jóvenes Francisco dirigió un discurso improvisado en el que remarcó tres cosas, siendo una de ellas en relación a que la Iglesia católica enfrenta momentos difíciles refiriendo que hay quienes se están aprovechando de los errores cometidos para atacarla.
Quería decirlo al final del Sínodo. Es un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca”, afirmó el papa Francisco.
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El líder del catolicismo llamó a una jornada de oración para pedir fuerzas a Dios. “Es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se la defiende del gran acusador con la oración y penitencia. Por eso pedí en este mes que termina, en pocos días, de rezar el rosario, rezarle al arcángel Miguel, rezarle a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia. Sigamos haciéndolo”, exaltó.
La Iglesia católica enfrenta uno de sus momentos más cruentos debido a las acusaciones de abusos sexuales a menores por curas, denuncias que han salido en varios países como Estados Unidos, Chile, Australia, Irlanda entre otros, en donde los altos jerarcas han sido señalados de esconder esos crímenes.
Llamada a la oración por la #Iglesia del #PapaFrancisco en la clausura del #Sinodo2018 : "La Iglesia pasa por un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la #madre y a la Madre no se le toca… A la Madre se defiende con oración y penitencia” #Synod2018 pic.twitter.com/Aor4Zblxwx
— Zenit Español (@zenitespanol) October 27, 2018
El mismo líder del Vaticano fue señalado por altos cargos de haber tenido conocimiento durante años de las denuncias de abuso sexual del cardenal Theodore McCarrick en Estados Unidos, pero no haber hecho nada al respecto.
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Ese no es el único tema que enfrenta la Iglesia católica, también están las agresiones políticas como es el caso de Nicaragua donde el régimen de Daniel Ortega mantiene una campaña de desprestigio contra los sacerdotes y obispos de la Conferencia Episcopal por sus críticas y condenas a la represión del Gobierno contra las protestas ciudadanas, que desde abril exigen la salida del poder de Ortega.
El dictador orteguista acusó a los obispos de “golpistas” por haberle propuesto el adelanto de las elecciones para marzo de 2019 a fin de pacificar la situación de violencia que ha dejado más de cuatrocientos muertos, unos quinientos presos políticos y miles de heridos y exiliados en seis meses y medio.
La campaña de odio se centra actualmente en el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez a quién el régimen difundió unos audios manipulados con los que acusan al prelado de supuestamente de dirigir el intento golpe de Estado contra el dictador Ortega.
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Aunque el papa Francisco no mencionó casos específicos sobre los ataques que sufre la Iglesia católica, fue contundente a los cardenales a defenderla de quienes quieren “ensuciarla”.
El atacante se aprovecha, dijo
“Los últimos tres números sobre la santidad -recordó- hacen ver que la Iglesia, nuestra Madre es santa pero los hijos somos pecadores. No olvidemos aquella expresión de los padres, la «casta meretrix», la Iglesia Santa, Madre Santa con hijos pecadores. A causa de nuestros pecados siempre el grande acusador que aprovecha- como dice en el primer capítulo de Job- que gira por la tierra buscando a quien acusar”.
En este momento, prosiguió “nos está acusando fuerte y esta acusación se convierte en persecución también”. Persecuciones, se refirió el Papa, como las que suceden “en Oriente o en otras partes”. Pero también otro tipo de persecuciones: “acusaciones continuas para ensuciar la Iglesia”.
La Iglesia, afirmó el Pontífice, no debe ser ensuciada, los hijos sí somos sucios, pero la Madre no, y por eso es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se le defiende del gran acusador con la oración y penitencia”.
Por ello pidió que en los últimos días de octubre se rece el rosario y al arcángel Miguel y a la Virgen María para que protejan a la Iglesia.
“Sigamos haciéndolo. Es un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca. Esto quería decirlo de corazón al finalizar el Sínodo. Y ahora, el Espíritu Santo les regala este documento para todos nosotros, también para mí, para reflexionar qué quiere decirnos a nosotros”, expresó el papa Francisco.