La persecución ejecutada por el régimen Ortega Murillo en los últimos seis meses en Nicaragua, provoca que en muchos de los casos los nicaragüenses refugiados en Costa Rica arrastren algunos traumas, aún después de cruzar las fronteras .
Por ejemplo, entre la mayoría de los que han buscado refugio en Costa Rica, es común que se muestren desconfiados y temerosos de posibles infiltrados, a tal extremo que prefieren permanecer en la calle a buscar un albergue.
El doctor Miguel López Baldizón, nicaragüense residente en Costa Rica, uno de los que ha promovido grupos de apoyo para los refugiados y en su caso junto a unas 25 personas, entre médicos y enfermeras, brindan atención médica gratuita cada sábado desde hace más de tres meses.
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Menciona que coordinaron con grupos de sicólogos para brindarles atención sicológica, “porque muchos vienen con un alto nivel de estrés sicológico no pueden dormir, lloran tienen depresión, problemas gástricos”.
Incluso hay casos que han requerido de atención psiquiátrica.
“Es una reacción lógica cuando usted es perseguido andamos como venado lampareado. Aquí hubo casos que cuando miraban una Hilux y salían corriendo, esperate hermano ya no estás en Nicaragua estás en Costa Rica, calmate, esa Hilux no trae a paramilitares no te van a matar (le decían a la persona) era ese nivel, miraban y salían corriendo”.
También comentó el caso de caso de una muchacha que fue apresada ilegalmente y violada en múltiples ocasiones, “esa muchacha llegó en un estado de estrés terrible”.
Y uno de los casos más recientes que debieron brindar atención, el de una doctora que pasó tres días escondida en una alcantarilla, mientras podía cruzar a Costa Rica, “eso produce algún problema sicológico”.
Además, dijo López, han recomendado que sean precavidos al momento de desplazarse públicamente, pues han confirmado la llegada “de paramilitares e infiltrados del régimen”.
Y confirmó que en los primeros meses fue cierto que en el parque La Merced, en la capital costarricense, un día de tantos, apareció un microbús ofreciendo trabajo a los nicaragüenses que allí se encontraban, “algunos se entusiasmaron, se subieron (al vehículo) y los fueron entregar a la frontera, eso fue al inicio, la gente está alerta”.
En esa ocasión el microbús se fue lleno, dijo el médico, que mencionó que incluso “han pretendido incluirlos en venta de droga y prostitución”.
Y les han advertido que no deben involucrarse en ninguna actividad ilegal.
30,000
nicaragüenses han solicitado refugio en Costa Rica, según cifras de la Dirección General de Migración y Extranjería de ese país. A mediados de octubre 17,100 había recibido un carné provisional.