Félix “El Gemelo” Alvarado es un monumento a la firmeza y un símbolo de perseverancia. Es un golpe de convicción ante las dudas y un soplo de esperanza frente a la incertidumbre.
Alvarado es la mejor noticia en el deporte nacional actualmente. Es un boxeador que pelea hacia adelante, con valentía y determinación, consciente del peligro pero también de la gloria.
Solo así podía zafársele a un pasado agujereado por los tropiezos en sus peleas cumbres, mientras el tiempo pasaba y las dudas emergían. El lunes, sin embargo, se metió de cabeza a la historia.
Alvarado entró a los libros de récords por las razones correctas. Lo hizo a través de un sensacional nocaut ante el filipino Randy Petalcorín, para convertirse en un campeón mundial de boxeo.
Su demostración no dejó espacio a las dudas. Saltó al ring con la firme convicción de atrapar la corona y se dedicó a empequeñecer a su rival a base de golpes, hasta doblarlo por la mitad en el séptimo round.
Su izquierda fue un arpón, usándola desde distintos ángulos y variados estilos. Luego la combinó con la diestra y empujado por su corazón de guerrero, avanzó hacia una victorias que se tornó inminente.
Después de su revés ante Kazuto Ioka en el 2013 y del asalto del cual fue víctima en el 2014 frente a Juan Carlos Reveco, Alvarado no se fue a llorar, sino que trabajó con más ahínco y entusiasmo.
Luego se dedicó a esperar su momento, mientras mantenía sus condiciones al tope frente a oponentes que ni lo despeinaban, pero los mandaba para su casa como era debido: noqueados.
Su momento llegó el lunes luego de un largo periplo por el mundo antes de aterrizar en Filipinas. Llegó después de ser tratado con desprecio y alojado en un hospedaje maloliente, pero llegó.
Y lo más importante, Félix estaba preparado para cuando la oportunidad llegara. Y no la dejó escapar. A través de unas condiciones físicas admirables y una entrega sin temor, alcanzó la victoria.
Pero en la cima los vientos son más intensos y hay que agarrarse con más firmeza. Es ahora cuando Alvarado empieza a escribir su historia ante la atención de todos, a pesar de que su sacrificio y entrega tienen sus años.
Félix se le zafó a un pasado que provocaba una hendidura en su perfil y saltó hacia un futuro preñado de porvenir.
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