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¿Amnistía o acuerdo de paz?

Una amnistía general podría convertirse en el portal hacia otra década de tensiones violentas. Muchos sujetos van por su segunda o tercera amnistía, y mientras eran “olvidados”, tenían en sus casas el AK-47 con que habían asesinado. Más que amnistía, Nicaragua necesita un acuerdo social de paz que debería reunir ciertos requisitos. El primer punto de referencia debe ser la seguridad de la vida y la dignidad personal. Jamás viviremos en un clima pacífico con mentalidad de guerra. La dirigencia del FSLN debe comprender que no está combatiendo por derrocar gorilas militares de los 60 y 70. La tortura y el asesinato tienen que ser erradicados de nuestra sociedad. Por otro lado, tampoco habrá paz mientras el Frente Sandinista se niegue a reconocer el derecho de todos a tener simpatías, ideas y propuestas políticas diferentes.

El odio y la violencia que las estructuras FSLN expresan es un resabio de 60 años, inculcado directamente por los señores Ortega Murillo. Igualmente, el camino más corto para que su organización adopte un espíritu de reconciliación social, depende directamente de ellos. Sin embargo, la reconciliación social se tiene que dar con Ortega o sin Ortega.

Asimismo, no puede haber reconciliación sin perdón, ni perdón sin rectificación. El FSLN debe reconocerle a la sociedad que su método es inaceptable y será corregido. Lo anterior nos llevaría a puntualizar acciones concretas de reconciliación social: a.- Desarme total de paramilitares y olvidarse de estar embuzonando armas para luego desenterrarlas. b.- Aceptar la verdad, es decir, someterse a una investigación independiente e imparcial en manos del GIEI, que delimite la responsabilidad de “rojinegros” y “azul y blanco”. c.- Una vez identificados los principales responsables de crímenes en ambos bandos, otorgar un indulto específico para desagraviar mínimamente tanto dolor provocado a las familias nicaragüenses. Esto es un perdón que recuerda el crimen cometido y al criminal con nombre y apellido. No es un olvido ciego con trasfondo de impunidad.

Esta sería una propuesta intermedia ante la posibilidad de una guerra de aniquilamiento y rendición contra los paramilitares sandinistas, que eventualmente sería la única forma de llevarlos a la cárcel. Mientras por otro lado, una amnistía general dejaría limpios y en el anonimato a quienes asesinaron y quemaron criaturas y jóvenes desarmados.

Si el liderazgo rojinegro se niega a reconocer lo anterior, dejará en claro su vocación guerrerista y criminal.

Orteguistas, sandinistas y no sandinistas, solo podremos reconciliarnos comprometiéndonos con el respeto a la vida y los derechos de todos.

El autor es administrador de empresas.

Opinión Acuerdo de Paz amnistía archivo
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