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caravana de migrantes

Miles de migrantes centroamericanos salieron en caravana con el objetivo de llegar a EE.UU. LA PRENSA/EFE

La historia de la familia diriambina que viaja en la caravana migrante hacia Estados Unidos

En Nicaragua ofrecen recompensa por la "captura" o "desaparición" de la familia Velásquez Molina. Ellos pretenden llegar a EE.UU. para solicitar asilo político

Dentro de los miles de migrantes que caminan desde México hacia Estados Unidos va el nicaragüense Axel. Tiene 14 años y usa muletas desde hace unos tres meses, cuando recibió un charnelazo en su pie derecho por parte de los paramilitares que llegaron a “limpiar” los tranques en Jinotepe y Diriamba, en Carazo. Él, junto a su papá Lesther Velásquez González, alias “Memín”, de 38 años; su mamá Idania Molina y su hermana Alexa, de 10 años, huyen de la represión de Daniel Ortega.

Axel dice que la travesía a la que se sumaron hace unas semanas para él es más difícil por las muletas que usa. Pero, con seguridad, afirma que pretende llegar a Estados Unidos para le operen el pie allá.

En Nicaragua ofrecen recompensa por la “captura” o “desaparición” de la familia Velásquez Molina. Las fotografías de Axel y su papá Lesther aparecieron en volantes pegadas en paredes y postes de luz de Diriamba, como si se tratara de peligrosos delincuentes. “Nos acusan de terroristas, de asesinos, de narcotraficantes, de que le estamos violando sus leyes y no es cierto. Lo que hicimos fue levantar barricadas, autoconvocarnos en los tranques, apoyar yo como madre a mis hijos”, dice la madre a un medio de comunicación internacional.

Los “delitos” de la familia fueron cargar una bandera azul y blanco, evitar saqueos y participar en los tranques y barricadas de Diriamba entre mayo y julio. Axel cargaba agua en una mochila para darle a su papá y a los otros autoconvocados.

Huida de Nicaragua

Lesther participó en el tranque que estaba cerca del Instituto La Inmaculada, en Diriamba y desde el 8 de julio, día de la “operación limpieza” en Carazo, decidió abandonar su hogar por miedo a que lo apresaran o que lo asesinaran. 12 días después se reunió con su esposa y sus dos hijos.

Diriamba, familia diriambina
La familia Velásquez Molina denunció ante organismos de derechos humanos la persecución de la que eran víctimas. LA PRENSA/R. Fonseca

Tras los anuncios de la recompensa por su captura, la familia realizó la denuncia ante organismos de derechos humanos, quienes incluso gestionaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares. Posteriormente decidieron salir de Nicaragua hacia Honduras. De ahí, decidieron emprender viaje a México, donde se sumaron a la caravana de migrantes que salió de San Pedro Sula el pasado 13 de octubre. Naciones Unidas estima en 7,000 el número de migrantes que compone dicha caravana.

Llegar a EE.UU. no es fácil

Idania, en las mismas declaraciones, le suplica al presidente de Estados Unidos, Donald Trump que no los regrese a Nicaragua. “Nos va a entregar usted mismo en bandeja de plata a Daniel Ortega. Seríamos una familia más que él va a matar (…) Se lo suplico, señor Donald Trump, por favor no nos mande. Mi familia necesita asilo político”, ruega la mujer. Pero el presidente Trump ha dicho en diversas ocasiones que no dejará pasar a los migrantes a suelo estadounidense. Incluso desplegó a 5,200 militares a la frontera con México.

Ella tiene familiares en Estados Unidos con los que pretende reunirse, de lograr entrar a ese país.

La madre del Lesther, Melba González Salazar, está clara que llegar a Estados Unidos no es una tarea fácil y menos cuando se viaja sin dinero y sin documentos. Todos los días le pide a Dios que guarde por su hijo, nietos y nuera.

Doña Melba cuenta que en varias ocasiones le dijo a Lesther que dejara de estar en los tranques, “pero él nunca hizo caso porque quería ver una Nicaragua diferente y un bienestar para sus hijos”, cuenta.

“Nosotros tenemos confianza que ellos puedan pasar, pero realmente quien dispone es Dios. Él (Lesther) es un hombre que tiene un gran corazón, si le puede ayudar a la gente lo hace”, manifiesta la señora.

Melba González Salazar, madre de Lesther Velásquez González. LA PRENSA/M. García

No se despidieron

La familia Velásquez Molina se fue de Nicaragua sin despedirse de su familia en Diriamba. Fue hasta los tres meses aproximadamente que uno de los tíos de Lesther logró comunicarse con él. “Mi hermano me dijo que mi hijo estaba bien y pues yo me tranquilicé. Luego estuvo comunicándose con mi hija y la mamá de mi nuera”, cuenta doña Melba.

La señora pudo ver la entrevista en un medio televisivo a sus nietos y nuera. De la emoción y tristeza lloró porque era la primera vez que los veía. En las pocas veces que ha hablado con su hijo, él siempre le dice que se cuide y que él va a estar bien.

“Yo sé que México es peligroso y sentí un impacto terrible cuando los vi, siempre he orado por ellos para que no me les pase nada”, dice la señora mientras sus familiares siguen caminando junto a miles más que huyen de la violencia en Centroamérica.

Departamentales Caravana migrante Carazo Diriamba archivo

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