La represión orquestada por la dictadura y ejecutada por paramilitares y la Policía Orteguista (PO) ha obligado a miles de nicaragüenses a cruzar la frontera con Costa Rica por puntos irregulares, ante lo cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió al Estado de Nicaragua a cesar la persecución contra las personas que se identifican como opositoras.
Después de escuchar 259 testimonios de nicaragüenses que solicitan protección internacional en Costa Rica y recorrer la zona fronteriza de Peñas Blancas, visitar la frontera y el puesto fronterizo entre el país tico y Nicaragua, y verificar parte del recorrido que hacen los nicaragüenses por senderos y pantanos para llegar al vecino del sur, la CIDH, demandó al Estado nicaragüense a adoptar varias medidas.
Entre estas, garantizar que las personas puedan transitar y residir libremente en el país, que implica abstenerse de seguir criminalizando y generando causas que ocasionen el desplazamiento forzado.
También debería proteger y brindar asistencia humanitaria a las personas que se han visto o se verán forzadas a desplazarse internamente, así como investigar y sancionar los hechos violentos que generan desplazamiento interno.
Además de garantizar que cualquier nicaragüense salga libre del país y se le respete su derecho a buscar y recibir asilo en otra nación.
La CIDH visitó Costa Rica del 14 al 18 de octubre, lo que incluyó el Centro de Atención Temporal de Migrantes (Catem), ubicado en el municipio de La Cruz, ahí habló con varios nicas que solicitaban asilo y necesidades de protección internacional. Constató las precarias condiciones en las que se encuentran albergadas.
Ellos están expuestos a las inclemencias del clima, la falta de dotaciones básicas para su protección y resguardo, como sábanas y ropa adecuada, la carencia de condiciones de salubridad al encontrarse constantemente expuestos a animales como roedores y culebras, así como la falta de espacios adecuados para su convivencia, alimentación y recreación, en particular para niños, niñas y adolescentes.
En el municipio de Upala, visitaron el albergue del Patronato Nacional de la Infancia para niños y adolescentes migrantes no acompañados y observó sus buenas condiciones y programas de atención.
Por su parte, Salvador Marenco, abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), quien también visitó Costa Rica, explicó que mediante varios testimonios conocieron que siguen persiguiendo a la población, pese a no estar en el país.
Uno de los casos referidos al Cenidh corresponde a un joven del norte, a la hermana de este le robaron el celular, ubicaron el contacto de la persona que le daba refugio en Costa Rica, la llamaron y le dijeron que sino lo sacaba, le llegarían a quemar la casa.
Lea además: CIDH denuncia tercera fase de represión “más cruda” en Nicaragua
“Aún estando en Costa Rica las personas siguen expresando temor, porque nos refieren que hay infiltrados (del régimen)”, expresó Marenco.
Explicó que la situación de los migrantes nicas en Costa Rica es “muy complicada”, pese a que el Estado tico tiene la disposición de apoyar, pero están superados en capacidades humanas, dijo.
Lea además: CIDH señala que Nicaragua pasa de “estado de derecho” a “estado de excepción”
Llamado a la región
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) valoró como positiva la política de fronteras abiertas por parte de Costa Rica, que “ha amparado a decenas de miles de personas que se han visto forzadas a huir de Nicaragua”, y a la vez, la CIDH llamó a los estados de la región y a la comunidad internacional para implementar una respuesta regional e internacional con base a la garantía de los derechos humanos de los migrantes, de tal manera, que permita que Costa Rica cuente con los recursos necesarios para responder de forma adecuada a la emergencia humanitaria. Al Estado tico recomendó mantener sus fronteras abiertas y accesibles para los nicas en riesgo.
52,000
nicaragüenses es la cifra estimada de nicaragüenses que ha llegado al vecino del sur desde enero a septiembre. La ola de desplazados se profundizó después de la “operación limpieza”.
Lea también: CIDH: Situación en Nicaragua “no es normal”