Desde el domingo 8 de octubre hasta el sábado 10 de noviembre las petroleras nicaragüenses —que fijan el precio de los combustibles en el país—, se habrán embolsado 5.4 millones de dólares, por no haberle bajado el precio a los combustibles durante un mes, ya que el precio internacional durante ese tiempo bajó.
“Los precios de venta de las gasolinas y diesel se mantienen alto, pese a que los precios internacionales bajaron, esto se da porque las petroleras aumentaron los márgenes de comercialización. El problema es que tenemos un oligopólico, dominado por dos empresas, Puma Energy y DNP (Distribuidora Nicaragüense de Petróleo), estas dos empresas tienen una participación de mercado del 66 por ciento, las únicas con facilidades de importación y que disponen de las mayores redes de estaciones de servicio”, dijo César Arévalo, especialista en mercado de hidrocarburos.
El mercado de los combustibles en Nicaragua está dominado principalmente por DNP Petronic que, según investigaciones de LA PRENSA, en el 2009 fue adquirida con fondos de Alba Caruna.
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El especialista estimó que dicho alivio que no recibieron los consumidores, quedó en las cuentas financieras de las petroleras, basado en el consumo semanal promedio de combustible en Nicaragua.
“Los precios de venta de las gasolinas y diesel subieron el 8 de octubre y se han mantenido fijos, aunque los precios internacionales promedios por cuatro semanas consecutivas bajaron, esto acumula un margen de ganancia extra de 5.4 millones de dólares, este cálculo se hace conforme al volumen de ventas promedio mensual, equivalente al 6.3 por ciento del ingreso de ventas sin impuesto”, sostuvo Arévalo.
No es la primera vez
Arévalo indicó que esta no es la primera vez que las petroleras congelan los precios de venta, ya que desde el 13 de mayo hasta el 19 de agosto —en medio de los meses más fuertes de la crisis sociopolítica—, los precios se mantuvieron invariable, cuando estos debieron bajar.
“En ese tiempo el precio no bajó y nadie dijo nada porque estábamos enfocados en otras cosas, pero en ese lapso ellos se embolsaron 1.3 millones de dólares, un alivio que debieron trasladar al consumidor”, dijo Arévalo.
Agregó que un centavo de dólar por galón que el precio de ventas baje y no se traslade al consumidor, ya no es recuperable.
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Consumidores afectados
Por otra parte Juan Carlos López, coordinador del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor (CJSAC), sostuvo que enviarán una demanda a procompetencia, por el alto precio de los combustibles, que desde que no tiene regulación el precio, los consumidores han tenido que pagar más por llenar su tanque.
“En cada gasolinera están los mismos precios y esa tendencia se ha mantenido los últimos tres años, esa es una prueba que si hay cartelización con los precios, por eso al consumidor ya no le importa el nombre que tenga la gasolinera, porque todas te cobran lo mismo, a eso se le llama cartelización y eso es penalizado; por eso nosotros vamos a ir a pro competencia porque los usuarios están indefensos”, dijo López.
La cartelización es el sistema donde la mayoría de las empresas que participan, son prácticamente las mismas o arreglan entre sí.
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La Ley 277, Ley de Hidrocarburos establece en el artículo 3 que “se prohíbe el uso de prácticas anticompetitivas, formación de carteles, concertación interna de precios, acaparamiento, escasez ficticia o condicionamiento en los distintos eslabones de la cadena de suministro de hidrocarburos, con el objeto de fijar artificialmente los precios de los hidrocarburos o impedir y obstaculizar el funcionamiento del libre mercado”.
Cabe destacar que con el deterioro económico como resultado de la crisis sociopolítica, los consumidores tienen menor poder adquisitivo y mayor sensibilidad a la subida de los precios de ventas en los combustibles.
“Cuando los precios de ventas de las gasolinas y diesel tienen un sobreprecio, eso se traslada a todo el sistema de precios del país, alimentando la inflación, afecta la competitividad de las empresas nacionales frente al exterior (cada vez se vuelve más barato importar que producir localmente) lo cual obligará al cierre de empresas, cuando estas ya no pueden ahorrar en otros costos, para asumir los incrementos de los combustibles”, sostuvo Arévalo.
Petróleo a la baja
César Arévalo, especialista en mercado de hidrocarburo señala que para noviembre el precio del petróleo WTI, de referencia para Nicaragua fluctuará entre 63.2 dólares y 65.2 dólares el barril, para un promedio 64.1 dólares.
Y los precios internacionales de las gasolinas y diesel bajarían en promedio 0.17 centavos dólar por galón, eso significaría un alivio para los consumidores de 4.3 millones dólares, si realmente se aplican las reducciones.