Objetivamente es innegable que toda persona tiene su religiosidad tanto ante sí como en relación a lo exterior, por eso atribuimos nosotros de cultura occidental que solo Dios sabe el desenlace y significado de los tiempos pero ciertamente es una tarea activa de la cual podemos participar: influyendo con una voluntad bondadosa e inteligencia comunitaria pues la lógica de la causa y efecto es una ardua forma de vida preventiva siempre concediendo un margen de exactitud y misterio a quien llamamos nuestro Señor y Dios, que es Padre providente y misericordioso.
Como nicaragüense nacido en la heroica Jinotepe mi conducta y mi vida dio un giro inesperado por ser parte ahora de la actual diáspora que literalmente huimos hacia países receptores como Costa Rica, Panamá, Estados Unidos, Canadá y la infaltable España, con o sin el apoyo inmediato del Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), huimos de la persecución sistemática y fatal emprendida por la aún pareja presidencial que genocida e inconstitucionalmente galopa sus últimos metros manchados de sangre de hermanos, ganándose el repudio nacional e internacional. Entre las más de 500 víctimas que van a la fecha es prohibido olvidar a los emblemáticos proto-mártires del siglo XXI de la historia política de Nicaragua:
Digamos presente al adolescente Álvaro Conrado del Colegio Loyola de Managua, Axel Bonilla de León, Orlando Pérez de Estelí, Álvaro Gómez de Masaya, Marlon M. Ramírez de Ciudad Sandino, Richard Pavón de Tipitapa, Jeisson Chavarría de Ticuantepe, Geovanny Sobalvarro de Sébaco, y al periodista Ángel Gahona de Bluefields. El 18 de mayo “apareció” Javier Munguía en la morgue víctima de múltiples torturas, enlutando a sus seres queridos por doquier. El significativo 30 de mayo (Día de la Madre nicaragüense) los pacíficos manifestantes fueron despiadadamente balaceados por las fuerzas de choque, policías, antimotines y francotiradores: experiencia dantesca; en dicha marcha mujeres que caminaban con sus hijos los vieron caer y morir en sus brazos cual La Pietá.
Sigamos implorando justicia por los encarcelados que claman libertad entre las que destacan jovencitas valientes como la icónica Arlen Siu que dejaron el confort de la indiferencia social.
Es hora de volver a reconstruir nuestra amada patria con nuevo vigor y más gloria que nunca. Hay mil maneras de hacer patria aún en la aparente desesperanza y crisis de fe pues “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10). Cayó el muro de Berlín en la noche del 9 de noviembre de 1989 restaurando la dignidad de familias alemanas ya que la mente aún en el sufrimiento extremo tiene la capacidad y la responsabilidad de sobrevivir y triunfar con actitudes existenciales conscientes enfrentando la angustia que es lo presente vencible: ¡Vivirás Monimbó!
El autor es teólogo y psicólogo.