El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, abogó este viernes porque la comunidad internacional imponga sanciones a Nicaragua, ante la falta de voluntad del régimen de Daniel Ortega de resolver la crisis provocada por la “sanguinaria represión” de su “dictadura”.
Borrell expresó la preocupación de España por la situación de Nicaragua en su intervención en el Foro Iberoamérica que se celebra en Madrid y cuya inauguración ha presidido el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez.
La dictadura de Ortega ha reprimido a la población, dejando un saldo de muertos que oscila entre 325 y 528 desde abril.
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El ministro ha asumido que la posibilidad de sanciones al régimen de Ortega, por parte de la comunidad internacional, no parece estar ahora “desgraciadamente” sobre la mesa, pero cree que sería una opción ante la imposibilidad de que haya un mediador en la crisis nicaragüense.
“Si descartamos las soluciones que usen la fuerza desde fuera o desde dentro, cosa que parece más bien improbable, y una evolución del régimen por sí mismo tampoco lo parece, la única solución sería que la comunidad internacional impusiera una presión, unas sanciones en el límite”, agregó el ministro español.
Borrell también lamentó que la comunidad internacional no haya sido capaz de imponer a Nicaragua una exigencia de rendición de cuentas.
Mensaje a Moncada
El ministro español comentó que ya trasladó a su homólogo de Nicaragua, Denis Moncada, el “absoluto rechazo” de España y de la Unión Europea a la represión contra muchas de las personas que han expresado sus protestas en el país.
Al respecto explicó que lo que puede hacer España es ejercer una “presión diplomática” ante este tipo de actitudes.
Para el ministro de Exteriores, lo que está sucediendo en Nicaragua parece quedar en un segundo plano en la esfera internacional debido a que se presta más atención a lo que ocurre en Venezuela.
“Nicaragua, como es un país pequeño, se esconde detrás de la crisis de un país grande y que es a la que todo el mundo presta más atención”, dijo en alusión a Venezuela.
El ataque de Ortega
Las declaraciones del ministro español se dan un día después que Ortega descalificó a los países europeos, los llamó colonizadores, violadores de derechos humanos, genocidas, traficantes de esclavos, guerreristas.
En el discurso Ortega negó que en Nicaragua hayan presos políticos y en cambio expresó que en los países europeos sí los hay.
“Todos lo sabemos que hay presos políticos y presos políticos que no han disparado ni con un mortero, mucho menos con una pistola; presos políticos que no han provocado ningún acto de violencia”, aseveró Ortega el jueves en la clausura de la reunión del Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), una organización que se encuentra en decadencia en la región.
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España mantiene presos a cuatro políticos catalanes desde 2017, a quienes se les acusa de violar la Constitución Política, por sus intenciones separatistas.
En Nicaragua existen más de quinientas personas que fueron secuestradas por paramilitares y aparecieron detenidas en la cárceles de la Policía Orteguista por su participación en las protestas ciudadanas que demandan la salida de Ortega del poder. Estos presos políticos son acusados sin pruebas de terrorismo, narcotráfico, crimen organizado, entre otros.
Cumbre Iberoamericana
En los próximos días se celebrará en Guatemala la XXVI Cumbre Iberoamericana, reunión a la que asistirá el presidente español Pedro Sánchez y a la que también ha mostrado interés en asistir el dictador Daniel Ortega.
Nicaragua vive desde abril pasado una oleada de protestas en las que han muerto más de trescientas personas, según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han responsabilizado al gobierno de Daniel Ortega de esa represión.
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Ortega niega tener responsabilidad y sostiene que las protestas ciudadanas fueron en realidad un golpe de Estado, y no un crimen contra el pueblo.