Haití regresó a Nicaragua a su realidad futbolística: aún le falta para avanzar al siguiente nivel. La magia del minuto 85, como hace un año y ocho meses, no apareció. Esta vez el equipo caribeño se vengó ganando 2-0, un resultado que pudo ser mayor por lo mostrado en el primer tiempo y lo poco ofrecido por la Azul y Blanco, que futbolísticamente dejó mucho que desear generando solo una oportunidad a gol en casa y con un jugador adicional por más de una ahora.
En los partidos importantes la emotividad para conseguir lo inesperado es solo una parte del ingrediente del éxito, que se complementa con una dosis de individualidad y concentración para no cometer errores inocentes. La Azul y Blanco fue neutralizada y su camino a la Copa Oro se complicó porque al finalizar esta jornada de la Liga de Naciones Concacaf podría ubicarse abajo de la posición 10, que otorgar los cupos
Un acción cambió para bien y para mal el curso del partido. Y no fue el error de Luis Manuel Galeano que permitió el primer gol de Haití, sino la expulsión de Wilde Guerreir. En teoría ese jugador adicional debió dar ventaja pero no se pudo sacar provecho, las ideas no fluyeron y la jugada diferente para sorprender tampoco apareció. Antes de esos dos momentos el encuentro era equilibrado con ocasiones para ambos y después el peligro lo generó Haití y Nicaragua intentó inútilmente.
Para el olvido
La Azul y Blanco comenzó amenazante con el disparo a quemarropa de Jaime Moreno (1), que el portero Johny Placide sacó a tiro de esquina. No era lo esperado por Haití, pero ese susto inicial lo manejó elaborando jugadas colectivos que llegaron a complicar a la defensa nacional sin alarmarse hasta la primera desconcentración. Luis Manuel Galeano despejó al centro en vez de sacar el balón a un lado y Mikael Cantave (13) cazó el rechace y marcó con un disparo potente imposible para Justo Lorente.
Una torpeza de Guerrier (16) lo mandó al camerino antes de tiempo. El volante haitino agredió a Moreno por chocar accidentalmente. En ese instante, con el 1-0 en contra, la esperanza de la remontada se encendió, sin embargo fue una ilusión porque cinco minutos después Haití cambió estrategia sacando al anotador del gol por un defensor para mantener la ventaja y contraatacar.
La idea era preservar la ventaja y aumentar el marcador en un contragolpe y al segundo intento surtió efecto. Soni Mustivar recorrió la banda izquierda y sobre su marcador centró al punto de penalti donde Derrick Etienne Jr (32) llegó a cabecear. Lorente esta vez no pudo atajarlo como su potente disparo minutos en los cuales Nicaragua no generaba ocasiones y Haití se encimaba.
Camino complicado
Juan Barrera se lesionó y el significado simbólico de su presencia salió con él. Carlos Chavarría entró en su lugar, sin embargo no tuvo el desequilibrio esperado en el uno a uno, algo que si aportó un Brandon Ayerdis, más atrevido desde su incorporación comenzando el segundo tiempo.
Ayerdis era la última carta ofensiva, el plan B para oxigenar. El jugador del Juventus FC le dio dinamismo al ataque y junto con Chavarría construyeron llegadas amenazadoras con espacios. Las pocas ocasiones que logradas les faltó el último pase una y otra vez sin encontrar receptor.
El dominio del balón no se tradujo en peligro a gol. Las ideas no fluyeron, el jugador desequilibrante tampoco apareció y Haití cobró venganza de la goleada de marzo 2017 quedando casi clasificado a la Copa Oro y dejando a Nicaragua al borde la eliminación.
Nicaragua: Justo Lorente, Óscar López, Luis Fernando Copete, Francisco Flores, Josué Quijano, Daniel Cadena, Luis Manuel Galeano, Juan Barrera, Carlos Chavarría y Jaime Moreno.
Cambios: Sale Barrera y entra Chavarría al 32, sale Moncada y entra Brandon Ayerdis al 46 y sale Flores y entra Abner Acuña al 70.
Amonestados: Cadena (69) y Copete (90+3).
Árbitro: Drew Fischer (Canadá)