El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, pidió a la región en la plenaria de la XXVI Cumbre Iberoamericana en Antigua, Guatemala, encontrar una solución conjunta dentro del “multilateralismo” al caso de Nicaragua.
“Solicitamos hoy a la comunidad internacional hacer uso de la diplomacia y el multilateralismo como herramientas válidas frente a los graves acontecimientos que se conocen (en Nicaragua)”, dijo el mandatario costarricense ante sus colegas iberoamericanos.
El diálogo en Nicaragua, apuntó Alvarado, “ha quedado como un eco que retumba únicamente en los corazones de quienes solo piden una sociedad justa, igualitaria, donde existan para todos oportunidades de diálogos francos y sinceros para lograr así una democracia acorde con los valores de estabilidad regional”.
La Cumbre Iberoamericana del 15 y 16 de noviembre reunió a 16 jefes de estado y gobierno, el rey de España Felipe VI, más cuatro vicepresidentes.
El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, canceló su participación en la cumbre el jueves cuando estaba prevista su llegada a Guatemala, decisión que se asocia al repudio a su presencia en el sitio, expresado por las protestas de grupos de nicaragüenses radicados y exiliados en esa nación, así como sectores empresariales y de medios de comunicación guatemaltecos.
Costa Rica ha sido uno de los países más afectados por la crisis que se desató el pasado abril en Nicaragua, ya que desde entonces miles de nicaragüenses han emigrado al país vecino huyendo de la represión gubernamental y la violencia.
La Cancillería costarricense ha informado que de enero a septiembre, las autoridades migratorias registran un flujo de 52 mil nicaragüenses, de los cuales 40,386 han expresado la necesidad de protección por temor a regresar a su país.
Costa Rica ha denunciado internacionalmente las violaciones de derechos humanos por la represión del régimen orteguista, que en casi siete meses ha dejado más de quinientos muertos y unos seiscientos presos políticos, según organismos de derechos humanos.
Al intervenir en el foro en Guatemala, el presidente Alvarado también se refirió a la crisis política y humanitaria de Venezuela donde, en su opinión, se ha perdido el estado de derecho, la institucionalidad y “hay reiteradas violaciones a los derechos humanos”.
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La respuesta se la dio el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, quien sustituyó a Ortega en la Cumbre, mandándolo a ocuparse de los asuntos de Costa Rica.
“Continúa actuando el presidente Alvarado como ficha de Estados Unidos en contra del gobierno de Nicaragua”, e “irrespeta el principio de no intervención en los asuntos internos de los países”, dijo Moncada.
Antes había reaccionado también Jorge Arreaza, canciller de Venezuela, quien lamentó “un solo tema disonante en esta cumbre, que fue la del presidente Alvarado” y que se use a Nicaragua y a Venezuela como “cortinas de humo para tratar de tapar los problemas internos”.
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Ortega le teme a la protesta
La interpretación del exembajador de Nicaragua en Alemania, José Dávila, ante la decisión del dictador Daniel Ortega de no ir a la XXVI Cumbre Iberoamericana en Guatemala, muestra su temor a enfrentar la protesta en su contra.
La diáspora nicaragüense radicada en Guatemala protestó durante los dos días de la Cumbre y denunció los crímenes del régimen orteguista contra el pueblo que le exige la renuncia a la pareja dictatorial de Ortega y Rosario Murillo.
“No quiso exponerse al reproche de los mandatarios que han abogado porque retome el diálogo para solucionar la crisis, y tampoco soporta no tener el control del escenario donde está, de tener que enfrentar a los nicaragüenses que donde estén van a denunciar su represión”, dijo Dávila.