La más reciente de las investigaciones, llevada a cabo por expertos de la Universidad George Washington (EE. UU.), ha revelado que una caminata después de ingerir alimentos puede reducir los niveles de azúcar en la sangre, que aumentan entre los 30 y 60 minutos después de la comida, según publica Buena Vida de diario El País.
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Para que sea efectiva la caminata, el paseo debe durar 15 minutos, a una velocidad de unos 4.8 kilómetros por hora, es decir, a paso ligero. Andar después de cada una de las comidas, según el estudio, será incluso más efectivo que realizar un solo paseo de 45 minutos al día. Además de reducir la glucosa en sangre, la caminata a esta velocidad podría ser un aliado hasta para la pérdida de peso.
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