CARTAS DE AMOR A NICARAGUA
Querida Nicaragua: La reconciliación es un entendimiento pacífico entre dos partes que por alguna razón han estado distanciadas y lo primero que requiere es buena voluntad de las partes para perdonarse mutuamente.
En el caso del régimen orteguista hay una sola parte ofendida, una parte que ha sufrido más de medio millar de muertos, más de mil heridos, otros tantos desaparecidos, centenares de presos políticos, hombres y mujeres. Las más de quinientas madres adoloridas por el asesinato de sus hijos, ¿estarán dispuestas a reconciliarse con quienes les quitaron la vida? La madre de Alvarito Conrado, ¿podrá reconciliarse con quien mató de un tiro a su niño de 15 años, y con aquellos que ordenaron la ejecución?
Y ¿podrá querer reconciliación doña Irenea Cruz, esposa y madre de los asesinados en El Carrizo, San José de Cusmapa, departamento de Madriz? Ahí asesinaron a su esposo José Mercedes y a sus hijos Elmer y Josué Tórrez.
El 11 de julio de 2015 ocurrió la masacre de Las Jagüitas. Un grupo de militares rafagueó el automóvil de una familia que supuestamente llevaba drogas, lo cual era falso. Murieron José Efraín Reyes, de 11 años; Aura Marina, de 10 y Catherine, de 22 años. Esta familia adolorida ¿querrá reconciliarse con los asesinos?
Este gobierno ha ido enviando proyectos de ley, casi siempre con carácter de urgencia y la gavilla de diputados enyugados a la tiranía ha ido aprobándolos sin el menor recato. Es así que poco a poco hemos ido perdiendo libertades elementales y hemos visto violados casi todos nuestros derechos humanos, el derecho de reunión, de movilización, el derecho a la protesta.
Se nos ha recibido a balazos en las manifestaciones populares que hemos intentado, se ha perseguido con saña a nuestros líderes campesinos y se les ha detenido en el aeropuerto como a Medardo Mairena cuando intentaba viajar al extranjero. Y no solo eso, se les ha torturado en las cárceles del Chipote convertidas en centro de torturas, irrespetando el nombre que Sandino puso a su propio cuartel general desde donde combatió a los invasores extranjeros hasta echarlos del país.
Ahora el régimen quiere una reconciliación por ley. Como tantas otras la enviará al Congreso con carácter de urgencia, y la gavilla la recibirá y con ese mismo carácter le dará su aprobación por “abrumadora” mayoría”. Y luego saldrá publicada la Ley de Reconciliación para engañar a los tontos, a quienes quieren dejarse engañar por conveniencia y algunos del mundo internacional movidos por la propaganda de los izquierdosos.
Los que detentan el poder pueden hacer cualquier cosa pero el juicio de la historia los espera.
Además lo más importante: “Los molinos de Dios muelen lento… pero muelen fino”.
El autor es director general de Radio Corporación.