Hay algo que se ha dicho sobre James Paxton en el beisbol: es uno de los mejores lanzadores cuando está en el montículo. El problema es que no está ahí de manera frecuente.
Paxton es un tirador zurdo con una poderosa recta de cuatro costuras y una curva estupenda de 12 a seis, que se vuelve un espectáculo para ser observado sobre la colina.
A la vez, es un tirador que se ha lesionado en cada una de las últimas cinco temporadas. El antebrazo, bíceps, la espalda y el hombro le han creado problemas al canadiense.
Aun así, Paxton viene de una campaña de 11-6 y 3.76, con 208 “fusilados” en 160.1 innings, con una jornada de 16 ponches en una apertura y luego un no hit no run en la siguiente.
Y aunque nadie puede anticipar cómo lucirá en 2019, no hay dudas que Paxton es mejor opción en este momento para los Yanquis, que cualquiera de sus prometedores brazos.
Paxton es uno de los lanzadores más rápidos en las Ligas Mayores. Este año promedió 96.1 millas en su recta, eso es solo superado entre los zurdos por Blake Snell de Tampa Bay (96.5).
Si se agrega a los derechos, entonces es cuarto, detrás de Luis Severino de los Yanquis (97.9), Gerrit Cole de los Astros (97) y Snell. Califican los que trabajaron al menos 150 entradas este año.
Paxton ponchó al 32.2 por ciento de los bateadores que enfrentó (208 de 645). Esa fue la quinta mejor cifra entre tiradores de más de 150 innings en la temporada pasada.
Seattle no tenía un ponchador así, desde el macabro Randy Johnson en 1997 (34.2 por ciento). Y los Yanquis nunca en su historia han tenido un ponchador del 30 por ciento de sus rivales.
Hay una estadística que se llama FIP (Picheo independiente de la defensa) y mide el valor de un lanzador por sus ponches propinados, bases por bolas, golpes y total de jonrones y Paxton sale bien.
Es decir, los rubros que son entera responsabilidad del lanzador y sobre los cuales él tiene control, sin influencia de la defensiva o del bateo de sus compañeros.
Este año, Noah Syndergaard de los Mets, logró la mejor cifra con un 40 por ciento por encima del promedio de las Mayores en FIP. Luego Chris Sale de Boston, con 37, Clayton Kershaw de los Dodgers con 34 y Cory Kluber de Cleveland, junto a Paxton, ambos con 31.
Ahora, si se mide el FIP en los últimos tres años para los lanzadores con al menos 400 innings, el mejor es Sale con 2.71, y siguen, Kershaw, 2.72, deGrom 2.87 y Paxton 2.90.
Así que más allá del balance que mostró este año (11-6) los demás rubros indican que es un buen lanzador y que ello explica el entusiasmo entre los yanquistas con sus posibilidades.
Y como los Yanquis nunca dejan de ver cómo le lanza a Boston, Paxton tiene 2-0 y 2.49 ante los Medias Rojas y 7-3 y 2.89 ante los Astros, las dos fuerzas rivales más poderosas.
Todo esto es pasado, lo más importante es lo que Paxton pueda hacer en 2019, pero las altas expectativas y también el riesgo elevado por sus lesiones, se basan en lo que ha hecho.
Ya veremos qué tal resulta, pero se pueden esperar grandes cosas de él.