El régimen Ortega Murillo sigue sin poner atención al deteriorado estado de salud de la presa política Brenda Muñoz, pese de las constantes denuncias de organizaciones defensoras de mujeres como el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), que ha alertado sobre su condición.
El caso de Muñoz ha sido expuesto por las organizaciones defensoras de mujeres ante organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ana Quirós, directora de la ONG Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), refirió que Muñoz sufre una enfermedad poliquística que le afecta el hígado y los riñones y es de carácter genético.
Quirós cuestionó que en su momento el régimen haya aseverado que la familia tendría que probar la enfermedad de Muñoz, “cuando en realidad les corresponde a ellos hacer la valoración en Medicina Legal y por supuesto brindar la atención médica necesaria”.
La también integrante del MAM recordó, que proporcionar atención médica necesaria, es uno de los compromisos que tienen los estados con los privados de libertad.
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Y en el caso de Muñoz, si la penitenciaría no tiene la capacidad de atenderla, debería permitir el ingreso de un médico privado para que la atienda.
Quirós considera que en relación a las otras presas políticas, el de Muñoz, es el caso más grave y a su criterio debería estar en su casa, pues debe recibir una dieta especial, con menos grasa y más fibra, consumir líquido suficiente y de calidad. Y sobre todo recibir los medicamentos correspondientes.