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Asambleas de reconciliación, CLS, dictadura, Unidad Nacional Azul y Blanco

En las manifestaciones la ciudadanía identificaba a Rosario Murillo y a Daniel Ortega como los responsables directos de la masacre. LA PRENSA/ ARCHIVO

CLS de la dictadura endiosan a Ortega en “asambleas de reconciliación” en los barrios

Represores detectan en barrios a pobladores que no están con dictadura

Las estructuras de control político del orteguismo empezaron en los barrios de Managua a realizar las “asambleas de reconciliación y paz”, ordenadas por la vicedictadora Rosario Murillo, que en la práctica está sirviendo para identificar a las familias que no apoyan a la dictadura orteguista. Además, los secretarios políticos del orteguismo usan esas asambleas en los barrios para endiosar la figura del dictador Daniel Ortega, de quien dicen está en el gobierno por mandato de Dios.

En esas actividades partidarias son acompañados por pastores evangélicos.

Esta semana las asambleas fueron en el barrio Altagracia, en el Distrito III y en la comarca Los Vanegas, en el Distrito V en Managua, según medios oficialistas.

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Las reuniones son dirigidas por los secretarios políticos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) quienes repiten el discurso de odio de Murillo hacia la población que ha participado en las protestas contra la dictadura, al decir que fueron un supuesto golpe de Estado.

La secretaria política orteguista en el barrio Altagracia, Jenny Estrada, según recogen medios de la dictadura, dijo que “estas asambleas se realizan por mandato” de Ortega y Murillo.

“Dios pone y dispone, y si él ha elegido poner al presidente Daniel Ortega como nuestro líder, es porque así lo quiso”, afirmó Estrada, la secretaria política orteguista.

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Falso discurso

Las asambleas se basan en la política de “reconciliación” impulsada el régimen para extender el control político y el adoctrinamiento partidario a través de los órganos represivos como la Policía OrteguistaPO, los Consejos de Liderazgo Sandinista (CLS) y los Consejos del Poder Ciudadano (CPC).

Violeta Granera, miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) -integrado por más de 40 grupos opositores- consideró una ofensa que se use la religión para intentar defender los crímenes de la dictadura Ortega y Murillo durante los más de siete meses de crisis sociopolítica.

“Que Ortega está en la presidencia de la voluntad de Dios es una ofensa a Dios. Los pueblos eligen a sus gobernantes con el voto, y Ortega no tiene legitimidad sino que está en el poder por los fraudes electorales. Cuando rescatemos en Nicaraua nuestro derecho a elegir en elecciones libres y transparentes, Ortega sabrá que la mayoría del pueblo lo rechaza”, afirmó Granera.

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Los CLS y los CPC fueron junto a la PO y los paramilitares los grupos de represión contra las protestas ciudadanas que desde abril han dejado más de quinientos nicaragüenses asesinados.

Granera señaló que al recurrir a los grupos responsables de la masacre contra el pueblo muestra de que todo es una estrategia del régimen para continuar reprimiendo al identificar en los territorios aquellas familias que están en contra de la dictadura.

“Es intolerable que el aparato que usó el régimen para matar, secuestrar e intimidad, y ahora con esa misma gente van a promover la reconciliación. Es una ofensa a la inteligencia del pueblo que sabe que es mentira”, dijo Granera.

Repite doble discurso

Ayer en su intervención en medios oficialistas, la vicedictadora Rosario Murillo dijo que en las “asambleas de reconciliación” se realizan “cultos de acción de gracias y clamor de bienaventuranza” en donde se pide “por la paz, armonía y amor de familia”.

Murillo promueve una polémica política de “reconciliación y paz” que convertirán en Ley, a través de la cual la dictadura orteguista pretende interferir en el ámbito de la familia y de las escuelas, con el fin de endurecer su modelo político partidario y totalitario.

Sin embargo el régimen no reconoce su responsabilidad en la masacre estatal que ha dejado entre 325 y 528 muertos desde abril, según organismos de derechos humanos internacionales y locales.

Política

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