Al Diriangén se le olvidó los aplausos, los gritos de los fanáticos que llegaron al estadio. En el futbol no hay una fórmula para descifrar la ecuación del triunfo. En la temporada regular Managua FC había caído en Diriamba, un gol de Abner Acuña los había dejado en el limbo, desorientados. Y el domingo parecía que el guion se iba a repetir cuando Jorge García abría el marcador en apenas 9 minutos. Una falsa realidad. Dos más dos no fueron cuatro. Lucas Dos Santos se encargó de derribar la moral y luego Agenor Báez concretó la remontada (1-2).
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Imagínense un partido en el cual no existen defensores, que solamente los atacantes busquen el gol sin que ningún fantasma los asuste. Exagerando ligeramente, eso fue lo ocurrido. En la primera parte hubo llegadas por docenas, ambas defensas eran un coladero, con la diferencia que los Leones Azules llegaban con más frecuencias y, por ende, fallaron más disparos a marco.
En los primeros tres minutos ya se contaban tres llegadas de peligro del Managua. Este equipo juega al límite, tiene jugadores de mucha velocidad que aprovechan las lagunas defensivas del rival. Cuando corría el minuto cuatro, Lucas Dos Santos falló solo ante Brandon Mayorga. El delantero más eficiente de la temporada con 15 goles en 15 partidos pensó demasiado. Un matador anticipa e improvisa, no piensa con retraso. El brasileño tardó mucho y Erick Téllez llegó a tocar la pelota, desviándole la clara oportunidad de abrir las redes.
LAPRENSA/CORTESÍALIGAPRIMERA/LEONELRODRÍGUEZ
Diriangén mostró certeza, peso de su historia. En la primera aproximación de los locales marcaron. Primero fue el cabezazo de Téllez que impactó en el travesaño, luego el disparo de García y en el rechazo del balón por el arquero Erling Méndez, otra vez el delantero diriambino liquidó. Las segundas oportunidades son manjares en los pies de goleadores como el joven marcador.
Cinco minutos pasaron para que todo se igualara. Un pase magistral desde la izquierda encontró al brasileño Dos Santos, quien no volvió a perdonar. Expió sus culpas y liberó sus demonios. El estadio estaba silenciado. Y así pasó el asedio constante de los Leones. Falló Erick Mendoza, Dos Santos la estrelló en el travesaño, Edward Morillo la envió a las nubes y cuando la tuvo nuevamente en el límite de los 45 minutos, Brandon Mayorga sostuvo el empate.
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La segunda parte fue menos vertiginosa que la primera. La gasolina se fue acabando, pero todavía le dio tiempo a Dos Santos de asistir a Báez para entregarle el triunfo a los suyos. Un zapatazo fuera del área que dibujó un trayecto exquisito.
Aun cuando el reloj se detenía al 90, Daniel Reyes encontró espacio pero Méndez bien ubicado apagó el último suspiro de los Caciques. Al Diriangén se le olvidó los aplausos del público y fue superado. La ecuación de casa falló.