Monseñor Silvio Fonseca, doctor en Teología Moral, es vicario del departamento de Familia, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua.
En esta entrevista el religioso asegura que la represión que ha vivido Nicaragua desde el pasado 18 de abril es vista en el extranjero con horror. Responsabiliza a la Policía Orteguista de ser la autora de los crímenes y al Ejército de ser cómplice de la masacre gubernamental.
Además el religioso exaltó la lucha cívica de los jóvenes que han perdido la vida en la revolución cívica, para quienes expresó “honor y gloria para ellos”. Fonseca también criticó el proyecto de ley de reconciliación que ha propuesto el régimen orteguista. “Eso es pretender reconciliarte con el agresor”, señala.
El religioso hace un llamado a Daniel Ortega y Rosario Murillo a dejar en paz a Nicaragua.
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¿Cómo ve la Iglesia católica el proyecto de ley para reconciliar al país?
La reconciliación no puede imponerse. Se cultiva, se promueve. Y no es por un decreto que vas a lograr reconciliar a un agredido con el agresor. La reconciliación en este caso debe ser iniciada con la restitución y reparación con los daños cometidos. Es decir, la justicia tiene que anteceder a la reconciliación. La reconciliación sale del corazón, no sale de un papel. Las agresiones y los crímenes salen del corazón del hombre, entonces hay que apelar a la justicia.
¿Debe haber justicia antes de pretender reconciliación?
Aquí no pareciera que se está buscando reconciliación, sino buscando venganza y legitimando los crímenes que se han cometido. Pero aquí hay instituciones que se han valido de la inutilidad de un decreto, mientras no se resuelva lo primero, que es la justicia para las víctimas.
¿Entonces el Gobierno primero debe buscar justicia antes de buscar la reconciliación?
Aquí el caso es particular porque el agresor es el que promueve una ley, sabiendo que ha sido el culpable de lo que está pasando y, como en todo caso, nadie puede ser juez y parte para restablecer la reconciliación y la justicia, de modo que el Estado deberá buscar a terceros para que sean imparciales y luego deslindar responsabilidades a quien corresponda para reparar el daño cometido.
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La Policía es una de las instituciones encargadas de reconciliar el país, según el proyecto de ley. ¿Qué piensa de eso?
En el caso de Nicaragua, la Policía es una institución asociada al crimen porque fueron quienes ejecutaron los crímenes desde meses pasados en nuestro país. No inspira confianza, sino una amenaza a nuestro país.
¿Cómo se ve a Nicaragua en el exterior después de casi 8 meses de represión?
El mundo ha visto con horror lo que vive Nicaragua. Es una historia de muerte y de muerte y eso no ha bastado porque tienen la osadía de imponer amar a los responsables de lo que estamos viviendo. Reconciliación en la verdad, si no hay verdad, no hay reconciliación.
¿O sea es como invitarte a reconciliar con el verdugo?
En pocas palabras es eso: se está obligando a reconciliarte con el verdugo y que los crímenes queden impunes.
El Ejército pudo detener la masacre, pero solo observó. ¿Cree usted que se convierte en cómplice el Ejército?
Hay una complicidad legal porque ellos por derecho estaban en su deber de desarmar a los paramilitares. De modo que son culpables también de tanta sangre derramada en este país.
¿Cómo usted ha vivido esta crisis en el país?
Muy triste, porque este es un exterminio de la humanidad que el mundo ve con horror. Honor y gloria a los jóvenes que han muerto por su patria.
¿De tener enfrente Ortega y Murillo qué les diría?
En nombre de Dios, dejen en paz a este país para que viva una verdadera paz, democracia y libertad.
“Venganza de una pareja”
A juicio de monseñor Silvio Fonseca, Nicaragua está siendo gobernada por el imperio del mal y acusa a la pareja presidencial de actuar con venganza.
“Yo en lo personal rindo honor y gloria a los jóvenes que han dado su vida y pasan a ser efemérides de nuestra historia nacional”, comentó el religioso.
“Siento dolor ver a tantos jóvenes encarcelados por estar reclamando sus justos derechos y que hoy están siendo torturados en las cárceles, pero no por justicia, sino por venganza de una pareja y de otros que no van a dejar el poder cueste lo que cueste, aunque eso signifique el exterminio de ellos. Dios nos va a librar del imperio del mal que hoy gobierna nuestro país”, reflexionó Fonseca.