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La fauna de la política criolla

Leí en un diario argentino una encuesta con políticos donde les pedían que se compararan con algún animal.

La mayor parte utilizó figuras como leones, tigres, elefantes, y otros que realzan un supuesto poder.

En nuestra política criolla, una encuesta similar sería variada y folclórica porque el nica es ocurrente para hacer comparaciones y burlarse de los que se creen vivianes y resultan ser idiotas, oportunistas, y nefastos.

La encuesta debería incluir no solo políticos, sino funcionarios públicos o privados, ya que se rigen por las mismas reglas. En nuestra historia se han usado diferentes calificativos para definir a los serviles y relacionarlos con la fauna.

En el pasado, por ejemplo, los que se dedicaban a la infame tarea de delatores, les llamaban “orejas” por la rapidez de parar las antenas, y a los políticos, “camaleones”, por la facilidad de cambiarse de partido, o “bukis en alusión a los buitres (aves carroñeras) por la desfachatez que recibían coimas del mandamás de turno y otras versiones como el minúsculo insecto volador que prolifera en los periodos eleccionarios.

En nuestra política, la ocurrencia popular destaca al mamífero del cual se aprovecha todo. De la cabeza hasta las patas y se prepara un suculento menú de grasosos platillos, especialmente el tradicional de fin de semana, con cuyo nombre también se califican a los diputados.

Dicho animal disfruta revolcándose en el lodo con miasma y salpica a los que les rodean, y en su entorno deben algunos sentirse privilegiados, aunque embarrados.
Recientemente fue incluido, un anfibio de piel áspera lleno de verrugas, que segrega sustancia de mal olor y tóxica, y a veces mortal, nueva versión, de los que en un tiempo se llamaban orejas o soplones, con la diferencia que los efectos actuales han sido más dañinos y perversos que en el pasado.

Concluimos con otros miembros que no pueden faltar: el gusano y el águila, en alusión a aquella fábula, del águila que descansaba plácidamente en el pico más alto cuando se sorprendió al observar a un gusano y le increpó. “¿Y tú…. cómo hiciste para llegar tan alto?”. Y el gusano le respondió: “¡Arrastrándome!”.

Actualmente, muchos son como el primero: despreciables, indignos y sucios, y otros, la mayoría; como el águila, ejemplo de libertad, astucia y fiereza.

Si hace su propia encuesta, cada quien se ubica en que papel está jugando y con cual se quiere comparar.

El autor es periodista y abogado.

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