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Cáritas de Nicaragua

Desde que los Obispos de la Conferencia Episcopal, participaron como mediadores de la crisis sociopolítica el año pasado han sufrido agresiones, persecuciones y campañas difamatorias por parte del régimen y sus fanáticos. LAPRENSA/ Archivo.

Obispos de Nicaragua: “No dejarse seducir por soluciones inmediatistas”

Para hallar una salida pacífica a la crisis que atraviesa Nicaragua existen dos requisitos imprescindibles: la justicia y el diálogo, afirman los obispos de la Conferencia Episcopal.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), a través de un Mensaje de Adviento, afirmó que la justicia y la verdad son requisitos elementales para la reconciliación entre nicaragüenses y recalcó que el diálogo “sigue siendo necesario” para encontrar una salida pacífica a la crisis sociopolítica que el país atraviesa. El Episcopado exhortó al pueblo de Nicaragua a “no dejarse seducir por soluciones inmediatistas”.

“Las lágrimas de nuestro pueblo son las lágrimas de Dios”, sostienen los obispos en su pronunciamiento. Para la Iglesia católica, “Dios ha sido negado” en la represión, la persecución y la manipulación que viven los nicaragüenses.

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“En la muerte, en las desapariciones de cualquier ser humano, en la detención, en la cárcel injusta, en el exilio forzado de la familia, en la manipulación de la conciencia, sobre todo a través de algunos medios de comunicación y redes sociales promotores muchas veces de falsas noticias y en la división del pueblo, Dios mismo ha sido negado”, dice la carta, firmada por los diez obispos de la Conferencia Episcopal, encabezada por el cardenal Leopoldo Brenes, de la Arquidiócesis de Managua.

A los sacerdotes les preocupa la creciente violencia que se percibe en las calles. “Nos preguntamos si un nuevo horizonte para una Nicaragua mejor es posible, dado el aumento alarmante de los índices de violencia en el país y la manera agresiva como aun entre hermanos se esconde el deseo de venganza”, expresan en su mensaje.

El diálogo es la salida

A pesar de que el Diálogo Nacional no rindió frutos y para algunos analistas incluso “nació muerto”, los obispos siguen considerándolo necesario para lograr una “salida pacífica” a la crisis en la que Nicaragua se encuentra sumida. No hay que olvidar, afirman, que “reconstruir una nación requiere de expectativas de futuro” y se debe recordar que “la esperanza de ‘lo totalmente novedoso’ puede acontecer en Nicaragua”.

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Esta vez, sugieren, el diálogo “debe estar orientado a abrir nuevas perspectivas donde no las hay. Esto requiere coraje, audacia, respeto al otro y, sobre todo, mucho amor a la patria”.

Y al respecto, los obispos enviaron un claro mensaje al gobierno de los Ortega Murillo: “Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma la oportunidad de dialogar con un espíritu abierto. Un buen político, en este sentido, opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios”.

Los religiosos, sin embargo, reconocieron que “en el diálogo con el Estado y la sociedad”, la Iglesia “no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares”. No obstante, aseguraron, “junto con las diversas fuerzas sociales, los obispos estamos dispuestos a acompañar las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común”.

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“Con el diálogo hay futuro, sin él todo esfuerzo se enruta al fracaso”, afirmaron, categóricos, los obispos nicaragüenses, convencidos de que “el diálogo es la salida pacífica a esta crisis sociopolítica”.

En su carta, los obispos de la Conferencia Episcopal también hicieron especial énfasis en la necesidad de que haya justicia para poder hablar de una verdadera reconciliación.

Es decir, la reconciliación no podrá ser exigida ni decretada, como ha pretendido hacerlo el régimen de los Ortega Murillo a través de su “Política de la Cultura de Paz y Reconciliación”.

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“Solo asumiendo el modo de ser de Cristo, tendremos una perspectiva justa que busque el perdón y la reconciliación entre hijos de una misma nación. Esta senda ha de ser abonada con las exigencias de la justicia y el camino que conduce a la verdad: justicia y verdad, representan los requisitos concretos para la reconciliación”, subraya la Conferencia Episcopal en el documento fechado este domingo 2 de diciembre.

“Nadie se quede de brazos cruzados”

“Todos hemos sido afectados por esta crisis social. Esta triste realidad nos permite romper con el velo de la indiferencia para asumir la responsabilidad que nos compete como hijos de esta patria. Nadie ha de quedarse con los brazos cruzados ante el dolor de quienes aunque siendo adversarios no dejan de ser hermanos”, exhortaron.

Los religiosos están convencidos de que “la inhumanidad solo puede venir de la falta de conversión” y que, por lo tanto, “la búsqueda de soluciones pacíficas para la situación nicaragüense ha de pasar por una auténtica conversión a Él”.

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“Jesús, con sus hechos y palabras, defiende los derechos del hombre y, sobre todo, los derechos de Dios para el hombre”, sostienen. Pero también “Él nos abarca a todos con su amor y nos invita a reconocernos como hermanos”.

“Cada nicaragüense creyente o no ha de colaborar con sus acciones para que la voluntad de Dios se instaure entre nosotros. Incluso el mismo dolor asumido con sentido, se constituye en medio para hacerle frente a la injusticia y la opresión”, expresaron.

Por otro lado, los jerarcas católicos subrayaron que “los nicaragüenses ya sufrimos en carne propia los embates de la lucha fratricida” y eso, lejos de hacernos más humanos, abrió “heridas que aún no han sido curadas y que todavía supuran odio y violencia”.

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Por eso es tan importante que los nicaragüenses no se dejen “seducir por soluciones inmediatistas”. En lugar de eso, sostienen, hay que “actuar cívicamente porque la nueva Nicaragua necesita de líderes no violentos que conquisten, de la mano de Dios, metas de libertad y justicia”.

Después de todo, la no violencia activa rompe “la lógica bélica en la que se ha enfrascado el mundo actual”, donde las armas valen más que las personas.

Las “oportunidades

En su Mensaje de Adviento, los obispos estiman que, a pesar de que Nicaragua atraviesa una situación verdaderamente caótica, todavía existen varias oportunidades que se deben aprovechar.

Hoy más que nunca, dicen, “hemos de volver a nuestras raíces nicaragüenses” y sobre todo a las “raíces cristianas”; lo que significa que “ante las campañas de desprestigio y deshonra” que sufren personas de la Iglesia, se debe “responder con mayor oración, penitencia y testimonio de vida”.

Y un ejemplo claro de la persecución que vive la Iglesia, es la campaña que el orteguismo ha desarrollado en contra de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua. Para la CEN, también es tiempo de recordar que “el anhelo de una Nicaragua mejor debe buscar el bien común, la justicia y la paz”. Es decir, “todo lo que hagamos y pensemos debe ser en beneficio de la persona humana” y “nunca en base a los intereses económicos y políticos, de unos pocos”.

No a la violencia

En su Mensaje de Adviento, los sacerdotes insistieron en el preocupante tema de la violencia y los fantasmas de la guerra de los años ochenta; por eso llamaron repetidamente a que el cambio empiece por cada nicaragüense.

“Los nicaragüenses hemos de recordar que somos reconocidos por el espíritu de solidaridad y hospitalidad de ahí, que en estos momentos es oportuno ejercitarnos en las obras de misericordia. Este ejercicio ha de estar dirigido a todos sin excepción”, exhortaron.

“Los gestos de solidaridad, de amor y de perdón son clave para enfrentar la violencia que busca generar círculos de muerte. En efecto, asumir lo humano fundamental es una forma de lucha cívica sobre todo cuando todos tomamos seriamente la libertad de expresión, la protesta pacífica, etcétera”, dijeron los religiosos según el documento.

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