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Daniel Ortega, Estados Unidos, Palestina, Iran, sanciones

En orden los embajadores de Bolivia, El Salvador, Cuba, Venezuela, Irán, Saharaui Democrática y Palestina durante el congreso de la UNEN. LA PRENSA/ TOMADO DE PRESIDENCIA

¿Qué busca Daniel Ortega con los enemigos diplomáticos de EE.UU.?

Óscar René Vargas explicó que con casi todos esos aliados de Ortega tiene algo en común, y son las diferencias políticas y confrontaciones diplomáticas con el Gobierno de Estados Unidos (EE. UU.) y gran parte de la comunidad internacional.

Mientras le da la espalda al principal socio comercial de Nicaragua, Estados Unidos, el dictador Daniel Ortega ha optado por reforzar sus alianzas con los pocos países aliados que le quedan en el plano internacional, entre los que se cuentan los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), a los que se han sumado Irán y Palestina.

Con los embajadores de esos países se rodeó Ortega el pasado 3 de diciembre, durante el congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), grupo de choque usado por el régimen en contra de las protestas ciudadanas que iniciaron en abril y que dejan más de quinientos muertos, según organismos de derechos humanos.

¿Qué persigue Ortega al mostrarse más cercano con países con los que EE. UU. mantiene relaciones diplomáticas conflictivas?

El sociólogo y analista político Óscar René Vargas explica que con casi todos esos aliados de Ortega tiene algo en común, y son las diferencias políticas y confrontaciones diplomáticas con el Gobierno de Estados Unidos (EE. UU.) y gran parte de la comunidad internacional.

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Vargas recordó que la mayoría de la comunidad internacional ha dado la espalda y condenado al régimen de Ortega debido a la serie de violaciones de derechos humanos tras las protestas ciudadanas, y actualmente se le presiona para que por medio del diálogo se logre una salida democrática a la crisis.

En primera fila durante el evento de UNEN estaban los embajadores de Cuba, Venezuela, Bolivia y El Salvador, que son del club del Alba. Sentados a la par estaban los embajadores Saeid Zare, de Irán, y el de Palestina, Muhammad Amro. Junto a ellos Sueilima Tieb Ahmed Salem, representante de la República Árabe Saharaui Democrática, con la que Nicaragua firmó un decreto de cooperación económica en 2017.

“Él (Ortega) no gana nada con esas alianzas porque Irán y Palestina, por ejemplo, tienen sus propios problemas con Estados Unidos. A esos países podría servir Nicaragua por sobrevivencia diplomática ya que tienen pocos aliados en América Latina como en el resto del mundo, pero no como peso político”, consideró Vargas.

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En mayo pasado Estados Unidos retiró su embajada de Tel Aviv y la trasladó a Jerusalén, provocando un enfrentamiento que llevó al gobierno palestino a denunciar ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU a los estadounidenses por violar la Convención de Viena.

Entre Irán y EE. UU. la tensión es crispada por el retiro de Washington del acuerdo nuclear multilateral de 2015, y la posterior restablecimiento de sanciones económicas en vigor desde agosto de 2018.

Vargas dijo que los aliados de Ortega no le han resultado más que como apoyo político, pero duda que puedan darle un salvavidas económico para enfrentar las sanciones anunciadas por EE. UU.

Aparentar

Cuba, Venezuela y Nicaragua son considerados como la “troika de la tiranía” en Latinoamérica por parte de EE. UU., que ha prometido nuevas acciones contra sus regímenes.

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La lectura de Vargas es que Ortega se hizo acompañar por los embajadores del Alba, Palestina e Irán en el evento de la UNEN para “aparentar” de que no le preocupan las sanciones de EE. UU. hacia su régimen con el fin de forzarlo al camino democrático en Nicaragua.

“Ortega pretende mandar el mensaje de que no le importan las sanciones norteamericanas, aunque sabemos que es solo apariencia y la prueba está en que en ese evento donde estaban esos embajadores no atacó directamente a Estados Unidos, y no habló nada de las sanciones a (Rosario) Murillo y es porque aún espera que no se apruebe la Nica Act, que será demoledora”, afirmó.

Está anunciado que esta semana la Cámara de Representantes de EE. UU. apruebe la fusión de la Nica Act y la Ley de Derechos Humanos y Anticorrupción de Nicaragua, que entre sus sanciones está bloquear el financiamiento de organismos internacionales al régimen orteguista.

En el evento de UNEN y delante de los embajadores incómodos para Estados Unidos, Ortega tildó de “vendepatria” a los opositores nicaragüenses que, según él, “siempre conspirando con el imperio (al referirse a Estados Unidos)” y “empezaron a pedir sanciones en contra de Nicaragua”.

“No quiere hablar para evitar confrontaciones con los senadores, porque cree aún queda alguno que piensa que Nicaragua no es prioridad, pero en el fondo sabe que nada detiene la Nica Act”, dijo Vargas.

Además de estos países, Ortega coquetea con Rusia y China, con los que Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas tensas.

Calla ante sanciones

En la medida que ha avanzado la aprobación de la Nica Act, así ha bajado el tono confrontativo el dictador Daniel Ortega con EE. UU. El 22 de septiembre, cuatro días antes de que la iniciativa de ley fuera aprobada en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Ortega dijo: “¿Y si la aprueban qué?”. Pero una semana después el dictador pidió a los senadores estadounidenses “reflexionar” y no aprobarla.
Ortega no se ha pronunciado sobre el avance de la Nica Act en el Congreso, ni por la orden ejecutiva del presidente Donald Trump en la que calificó al régimen orteguista una amenaza para la seguridad estadounidense.

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