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Esta imagen correspone al 8 de diciembre de 1981, en la celebración de la Purísima avanzando por las calles de Ocotal.

Galería | Así se celebraba la Purísima en los años 80

Un recorrido de imágenes sobre la celebración de la Purísima en los años 80, en plena revolución, y la tensa relación entre la Iglesia católica con el Frente Sandinista

Fotografías: Archivo fotográfico de LA PRENSA

Los primeros registros que se tienen sobre la Purísima Concepción de María en Nicaragua datan del siglo XVII. Según un texto del historiador nicaragüense Jorge Eduardo Arellano, el fraile franciscano José de Velasco, de Guatemala, pronunció un sermón en la parroquia de Granada el 8 de diciembre de 1675, durante la construcción de la principal fortaleza del país durante la época hispana. Es decir, en Granada el origen de la devoción se vincula a la defensa militar frente a los saqueos de piratas holandeses e ingleses. Sin embargo, en El Viejo, en el Pacífico, el origen era más bien cabalístico, debido a que era invocada por los navegantes de ese lugar.

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En 1720 el fraile guatemalteco, Rodrigo de Jesús Betancourt escribió la Novena Candor de la Luz Eterna, que comenzó a rezarse en León. 22 años después se arreglaban las calles, se colocaban luminarias en las casas todos los 7 de diciembre. Pero fue hasta un siglo después, en 1857, después de la guerra antifilibustera, que el párroco Gordiano Carranza impulsó la construcción de altares y encabezó el recorrido por las calles de León, dando inicio a la Gritería que en la actualidad celebramos.

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En los años ochenta, en los barrios los Comités de Defensa Sandinista (CDS) organizaban la Purísima, siendo una programación más de la agenda anual de los CDS. Cada barrio o grupo habitacional celebraba esta tradición utilizando su propia creatividad. Hubo años que premiaban a las Purísimas mejores organizadas.

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Managua,Nicaragua.07-12-1988.EPS Celebra la Griteria a la Purísima en la Avenida Bolívar. LAPRENSA/O.Navarrete

Durante la década de los ochenta la Purísima para algunos fue afectada por el deterioro de la economía, el exilio de los nicaragüenses, o por la ideología política que existía, pues el Frente Sandinista mantenía una relación tensa con la Iglesia católica.

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Pese a ser un Estado laico, según la Constitución Política, durante los años ochenta las instituciones de gobierno rindieron homenaje a la Purísima, contruyendo altares sobre la Avenida Bolívar, a como lo hace el Gobierno en la actualidad.

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Hasta 1980 la celebración de la Purísima era más que todo una festividad familiar, con poca dimensión pública. Según un texto de la revista Envío llamado “La historia de las relaciones del Frente Sandinista con la religión ha sido siempre contradictoria”, en las instalaciones del Ejército se celebró cambiando el “grito” tradicional de: “¿Quién causa tanta alegría?” pero los militares no respondían: “¡La Concepción de María!” sino “¡La Gritería!” En los años 70 el grito se había transformado ya en algunos ambientes: “¿Quién causa tanta alegría?” “¡Carlos Fonseca y su guerrilla!”.

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En los años ochenta la jerarquía lanzó la consigna “¡Cristo ayer, Cristo hoy, Cristo siempre!” en respuesta al “¡Sandino ayer, Sandino hoy, Sandino siempre!” de las celebraciones revolucionarias. En este momento la celebración de la Gritería se convirtió en una disputa entre el Gobierno y la Iglesia por reivindicarla.

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El brindis o la “gorra” que reciben los devotos consiste en dulces: cajetas de coco, leche, zapoyol, gofio, pinolillo, leche de burra, huevo chimbo; así como frutas, platillos típicos como nacatamal, pío quinto, ayote en miel y dulce de caña. Para los años ochenta la gorra cambió a cajetillas de fósforos, encendedores, lápices de colores, ropa, juguetes o arroz, frijoles y azúcar.

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