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René Cárdenas con Don Drysdale en su época como narrador de los Dodgers. LA PRENSA/CORTESÍA

El pionero nicaragüense René “El Chelito” Cárdenas merece un lugar en Cooperstown

Cárdenas fue el primer narrador de no habla inglesa en la historia de las Grandes Ligas y los logros de su carrera tienen el calibre del Salón de la Fama.

Escrito por Alfonso Lanzagorta

En el marco de los Winter Meetings del beisbol de las Grandes Ligas en Las Vegas, Nevada, nos levantamos con la noticia de que el premio Ford Frick, que se otorga a comentaristas y narradores destacados por su trayectoria, le fue otorgado este año de manera post mortem a Al Helfer. Como usted sabe, recibir este premio implica el ingreso al Salón de la Fama de Cooperstown.

Helfer murió en 1975 a los 63 años y fue uno de los pioneros de la radio en el beisbol. En 1935 comenzó a transmitir los juegos de los Rojos de Cincinnati junto al inolvidable Red Barber. Pasaría por la CBS para terminar en 1939, reuniéndose de nuevo con Barber con los Dodgers de Brooklyn hasta que en 1941, se enlistó en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando regresó, el trabajo con los Dodgers ya no estaba disponible y se une a Mutual, haciendo las narraciones del “Juego del Día” junto a Dizzy Dean, con quien definitivamente se odiaba y era bien correspondido. Regresó a los Dodgers para narrar el último juego que jugaron en el mítico Ebbets Field en 1957, presentando incluso a los jugadores por el sonido local por última vez a la nobilísima afición de Brooklyn previo a la mudanza del equipo a California. Trabajó también para los Houston Colt 45s (Hoy los Astros) en su primera temporada en 1962 y para los Atléticos.

En Houston habría de coincidir en aquella primera temporada de la franquicia con un joven periodista nicaragüense de nombre René Cárdenas, un hombre también pionero de la crónica por radio en español del béisbol de las Grandes Ligas. Cuando los Dodgers se mudaron de Brooklyn a Los Ángeles, movimiento en que Helfer no los acompañó, el equipo contrató a un jovenzuelo de 29 años para que se hiciera cargo de la narración en español de sus juegos, considerando el enorme mercado latino que había que aprovechar.

El muchacho no era otro que Cárdenas, quien así se convertía en la primera voz oficial en español (y de cualquier otro idioma diferente al inglés) de un equipo en la historia de las Grandes Ligas. Conocido como el Chelito, es nieto de Adán Cárdenas, quien fuera no solo presidente de Nicaragua, sino quien introdujo el beisbol en ese bello país hermano en las postrimerías del siglo XIX. A los 16 años comenzó como reportero de deportes del periódico La Prensa en su país natal, tres años después, era el editor. En 1951, emigra a los Estados Unidos para fungir como corresponsal del diario, teniendo ya una tonelada de experiencia narrando box, basquetbol y beisbol para emisoras nicaragüenses.

Después de trabajar con los Dodgers durante sus primeras tres campañas en la costa oeste de los Estados Unidos, Cárdenas es invitado a colaborar no solo como narrador, sino como director de transmisiones en Español así como de Relaciones Públicas para Latinoamérica por los nacientes Astros de Houston. René fue pieza clave de que los Astros triunfaran en el apretadísimo referéndum en que se votó favorablemente la construcción del Astrodome, primer estadio techado de MLB. La medida de su contribución está en el hecho de que en la llamada “Viga de Honor” de aquel estadio, por órdenes del entonces dueño de la franquicia, el juez Roy Hofreinz, aparecían solamente ocho nombres. Uno de ellos es el de Cárdenas.

René organizó la primera cadena internacional de beisbol en español de MLB mientras estuvo en Houston, la que cubrió México, el Caribe, Centro y Sudamérica, hecho histórico también. Uno de tantos en los que intervino y que hasta ahora han sido pasados por alto por quienes votan para nominar al receptor del premio al que nos estamos refiriendo.

Cárdenas habría de volver a su país, la Patria siempre llama, solamente para volver con los Rangers de Texas y posteriormente, con los Dodgers, donde coincidió en los micrófonos con otro miembro del Salón de la Fama del cual fue maestro: Jaime Jarrín.

René fue maestro, con ese estilo que transmite fiesta y alegría por el solo hecho de que se está jugando beisbol, de muchos de nosotros. Durante los años dorados de la Fernandomanía estuvo junto con Jaime Jarrín en el automóvil, la sala o la recámara de este mal escribiente y de muchos de Ustedes, amigos lectores. Durante la Serie Mundial de 2017 tuve el privilegio de entrevistarlo en Houston, donde me expresó que el no pierde la esperanza de recibir algún día, la llamada en que le informan que ha sido electo. Por su trayectoria, calidad y por haber sido forjador de historia, definitivamente lo merece.

Esperemos que los votantes recapaciten y hagan lo suyo, para no tener otro caso como el de Helfer y tantos otros, donde se olvida aquello de “en vida, hermano, en vida”.

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