Amilcar Antonio Cortez Báez y Karla Vanessa Matus Méndez fueron acusados de provocar el incendio donde fallecieron calcinadas cinco personas en una casa ubicada en el barrio Carlos Marx de Managua. El expediente se ventila en el Juzgado Sexto Distrito Penal de Audiencia de Managua, ante el juez orteguista Henry Morales.
El hecho escabroso se dio el pasado 16 de junio, durante los meses más intensos de represión contra la población nicaragüense de parte del régimen de Daniel Ortega que hasta ahora ha cobrado la vida de más de 500 personas, según organismos de derechos humanos.
Pasaron seis meses desde la tragedia, para que la Policía Orteguista y la Fiscalía responsabilizara de tal barbarie a seis personas, entre estas los acusados, en una dudosa historia narrada por el Ministerio Público, ya que el día de los hechos vecinos y sobrevivientes dijeron que quienes causaron el incendio fueron los paramilitares, quienes no permitieron que auxiliaran a la familia, amenazando con disparar a quien lo intentara.
Las víctimas de esta tragedia era una familia pastoral compuesta por el pastor Óscar Manuel Velásquez Pavón, su esposa Maritza López Muñoz, su hijo Alfredo y la familia de este último: su mujer, Mercedes Raudez y sus dos pequeños hijos: Matías (3 meses de edad) y Daryeli (3 años). Mercedes, madre de los niños, cumplía 20 años el día de su muerte.
“Están protegiendo a los responsables”
Amilcar Antonio Cortez Báez y Karla Vanessa Matus Méndez están acusados de asesinato agravado, asesinato agravado en grado de frustración, incendio, terrorismo y crimen organizado.
“Ellos no fueron. La población nicaragüense sabe quienes son los responsables. Las turbas sandinistas protegidas por la policía orteguista”, dijo una persona allegada a los procesados.
La audiencia preliminar fue realizada siempre a puertas cerradas, sin acceso a medios de comunicación independientes, aunque la defensa de los jóvenes la logró hacer una de las abogadas de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
Acusación no cumple requisitos
Según la acusación, los procesados eran integrantes de una estructura delincuencial llamada “Los Payasos”, quienes se dedicaban al levantamiento de tranques, pero no detalla donde y cuáles. También los señalan de cobro de peaje a los ciudadanos que trataban de movilizarse a pie o en algún vehículo en la zona, intimidándolos y causando el terror por medio del uso de armas hechizas. No detalla de cuánto eran las presuntas coimas.
El día el 16 de junio de 2018, señala el Ministerio Público, los acusados en compañía de otros elementos trataron de forzar la entrada de la vivienda de cuatro plantas ubicada en el barrio Carlos Marx, llamando al propietario de esta y exigiéndole que saliera y les diera dinero para apoyar sus “acciones terroristas”.
Al no recibir respuesta alguna, procedieron a incendiar la casa utilizando bombas artesanales conocidas como bombas molotov, sabiendo que habían personas adentro. Familiares de la víctima relataron en su momento que el pastor no permitió a paramilitares que se subieran al último piso, donde pretendían tener a un francotirador para disparar a la población en protesta.
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Culpables por muerte de un sandinista
La juez Fátima Rosales, titular del Juzgado Décimo Tercero Penal de juicio declaró culpable a Erick Antonio Carazo Talavera, Cristopher Marlon Méndez, Misael Espinoza y Ulises Rubén Toval Ríos, del asesinato del paramilitar sandinista Francisco Ramón Arauz Pineda y causado lesiones graves a José Antonio Fernández Roble de 39 años, hecho que se dio el 16 de junio pasado.
El ahora occiso presuntamente era parte de los encapuchados que andaba quitando barricadas en Managua, durante la “operación limpieza”, que impulsó el régimen orteguista en todo el país. Iban armados y disparaban sin piedad contra los pobladores. Según la acusación Aráuz Pineda andaba junto a trabajadores de la alcaldía de Managua, en labores de limpieza de los tranques o barricadas que “delincuentes” habían instalado cerca del colegio Edgard Arbizu.
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