Aunque la empresa privada ha demostrado su firme compromiso con el pueblo nicaragüense, al romper la alianza que mantuvo durante casi una década con el régimen de Daniel Ortega, el analista político Félix Maradiaga exhortó al sector privado a elevarle la parada a la dictadura ante las violentas embestidas del dictador contra la población y los derechos humanos en Nicaragua.
“El sector privado ya demostró un compromiso con la democracia, al romper su pacto con Ortega, pero debe ir más allá. El sector privado ya demostró que está con el pueblo, pero debe profundizar su compromiso con la ciudadanía, comprometerse más, es la hora del patriotismo empresarial”, aseguró Maradiaga desde el exilio.
“Se necesita otro abril con nuevas tácticas, me refiero a un nuevo abril en el sentido metafórico, no me refiero a los tranques, me refiero a mecanismos creativos de insurrección ciudadana, por ejemplo, paros, huelgas ciudadanas o desobediencia fiscal; porque ya no es justo más muertos ni presos políticos”, afirma Maradiaga, exdirector del Instituto Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), una onegé a la que la Asamblea Orteguista le quitó su personería jurídica.
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En una reunión que sostuvo toda la cúpula empresarial el 12 de diciembre en Managua, se anunció que solicitarían al régimen un permiso para una marcha nacional, pero hasta ahora se desconoce si han cumplido con el procedimiento.
A criterio del analista, Ortega ha subestimado al pueblo de Nicaragua, recordando que con la revolución cívica de abril el pueblo le dijo “basta de abusos al dictador”.
“La revolución cívica ciudadana de abril fue una contundente derrota a Ortega, porque casi todo el país le dijo, señor Ortega, basta ya de tanto abuso, váyase”, aseguró Maradiaga.
Se necesita otro abril
El analista político también sostiene que se necesita otra revolución de abril, para obligar al régimen de Ortega a dialogar y buscar una solución de transición a la crisis.
Maradiaga explicó que los ciudadanos no se han rendido ante las embestidas de la dictadura Ortega-Murillo, que gobierna la nación desde el 2007 y desde entonces ha destruido las bases de la democracia y la institucionalidad.
“Este pueblo no se ha rendido, Ortega calcula mal creyendo porque ha logrado aplastar la protesta. Mi hipótesis es que el pueblo no va aceptar el enquistamiento de un régimen como el de Ortega, abusivo y violador de los derechos humanos”, advierte Maradiaga.
Para el también activista político, el futuro de Nicaragua con Ortega “es muy oscuro”. “A Ortega solo le interesa sus ambiciones, no le interesa Nicaragua y él prefiere el caudillismo. De Ortega no se puede esperar una salida negociada propia de un estadista que pone a la nación primero, porque él pone de primero su poder y su familia. El cambio depende de los nicaragüenses”, sentenció.
Un régimen débil
El analista Félix Maradiaga asegura ver a un régimen débil, pero advierte que este solo tiene el recurso de la represión a través de su policía y paramilitares para seguir en el poder.
“Daniel Ortega está débil y aislado de la comunidad internacional y el pueblo insiste en su salida del poder”, comentó Maradiaga.
No obstante, el analista remarca que la salida del caudillo debe pasar por la vía cívica, para no seguir exponiendo a la ciudadanía.
“El mes de abril fue tan espontáneo que al mismo tiempo estuvo combinado con un mayor nivel de exposición de la vida humana; el país ya no necesita más mártires. De alguna manera se requiere desobediencia cívica”, exhortó
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