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Luis Galeano, periodista exiliado. LAPRENSA/U.Molina

Luis Galeano: “La dictadura de Ortega me amenazó de muerte”

Amenazas de cárcel, muerte y ahora exilio le ha recetado la dictadura orteguista al periodista Luis Galeano, director del programa Café con Voz.

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El periodista Luis Galeano está convencido de que el periodismo debe ser un contrapoder. Próximo a cumplir 20 años en esta profesión, puede demostrar que ha denunciado la corrupción y los abusos de los gobernantes de turno. Lo hizo en los períodos de Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños. Sin embargo, durante el mandato de más de 11 años de Daniel Ortega ha recibido amenazas de encarcelamiento y muerte, que lo llevaron a tomar la decisión de exiliarse en otro país.

“Estamos golpeados, pero vamos a regresar”, dice Galeano, quien confiesa que en los últimos días suele quedarse en trance pensando en cómo estarán sus colegas del canal 100% Noticias, Miguel Mora y Lucía Pineda Ubau, ambos apresados desde hace una semana.

Galeano todas las tardes se sentaba frente a una cámara para informar, analizar y entrevistar a personajes de la coyuntura nicaragüense. Lo hacía desde su programa Café con Voz, un espacio que pagaba al canal 100% Noticias con el ingreso que obtenía de sus anunciantes.

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El viernes pasado, mientras miraba cómo allanaban las instalaciones del canal donde trabajaba, se miró al espejo y tomó una de las decisiones más difíciles de su vida. “Creo que soy más útil denunciando desde el exterior que dentro de una celda en Nicaragua”, confía.

En esta entrevista, Galeano habla sobre el compromiso que adquirió con el periodismo, su programa de televisión y cómo de la noche a la mañana ser periodista se convirtió en peligroso.

¿Cómo han sido sus últimas horas?
(Suspira) Difíciles, porque nos ha tocado tomar decisiones que no teníamos en cuenta. Sabíamos que la situación se podía agravar en 100% Noticias, y a partir de ello la situación del programa Café con Voz, que era parte de este medio. Sabíamos que podía subir la censura, pero por muy listo que uno se crea, nunca te lo esperás. Llega un momento en que tenés que tomar una decisión de entre esperar y entregarlo todo, o simplemente sobrevivir y estar libre. De pronto me miro frente al espejo y digo: ¿me quedo o me voy? Me quedo como una persona que quiere martirizarse para que la gente mire que soy otro preso político, o sirvo más desde fuera de Nicaragua, y decidí por tanto que me iba.

¿Había recibido amenazas previas a la orden de captura?
Todos los días en el Facebook Live, mientras grababa el programa había amenazas de cárcel, amenazas contra mi familia. Eso era el pan de cada día. Yo sabía que en Café con Voz, mientras estaba al aire, estaba de frente a una cantidad de perfiles falsos que emitían cualquier cantidad de amenazas. Uno lo puede ver como normal, pero no dejaba de pensar que al finalizar el programa, de camino a casa, algún fanático podría cumplir con lo que había anunciado en mi contra.

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¿Qué pasará con Café con Voz?
Si nosotros (Winston Potosme y yo) venimos al exterior, es para seguir denunciando al mundo lo que ocurre en el país. Sería una injusticia y darles la espalda a todas las personas que han perdido seres queridos en esta batalla cívica, o están presas injustamente. Nosotros vamos a seguir denunciando y peleando por la libertad de los secuestrados políticos. Aquí tiene que haber justicia, verdad y reparación de las víctimas. No podemos callarnos y abandonar a todos los que están presos y mandan mensajes diciendo que siguen firmes. Vamos a estar firmes y dignos para dar la batalla desde el exterior.

¿Se siente afectado?
Nos han dado un buen golpe, no hay que negarlo, pero no estamos acabados. Por el contrario, estamos retomando aire para seguir dando la batalla, a como el país lo está pidiendo.

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¿Cómo era la relación con Miguel Mora y Lucía Pineda Ubau?
Con Miguel Mora tenía una relación amena, respetuosa. Creo que nos convertimos en amigos. Nos cuidábamos. Y estábamos en la línea de dar la batalla hasta el final. Con Lucía, siempre ella combativa, inspiradora, valiente, rebasando las expectativas. Siempre estuvo dispuesta a agarrar un teléfono o el micrófono para denunciar o desnudar cualquier situación. Sin pensarla, con su espíritu de periodista.

¿Qué sintió al ver a Miguel Mora en los juzgados?
Me golpeó mucho verlo en la forma que lo presentaron. A veces me quedo ido recordando cosas con él y me pregunto cómo está, si estará bien, si estarán golpeándolo. Igual con Lucía. Me ha golpeado mucho verlo con ese uniforme infame, de vergüenza.

¿Cómo se encuentra su familia?
Mi familia está con temor. Yo estoy fuera pero mi familia está en Nicaragua, bajo resguardo, pero no dejan de tener miedo de que puedan tomar represalias en contra de ellos. Y si así ocurriera, hago responsable a Daniel Ortega y su esposa (Rosario Murillo).

Usted tiene varios años de experiencia en el periodismo. ¿Ya había experimentado este tipo de asedio durante otro gobierno?
Yo comencé en el periodismo en el año 1999, y denuncié la corrupción de Arnoldo Alemán, también denuncié la corrupción o actos anómalos en el gobierno del Enrique Bolaños. Lo he hecho durante la administración de Daniel Ortega. Los gobierno anteriores quisieron tal vez comprarme con dinero. Me ofrecieron dádivas o beneficios, con tal de callar denuncias de corrupción, lo cual rechacé con entereza y valentía. Pero en este gobierno de Ortega es que me han amenazado de muerte desde 2011, cuando hice una investigación sobre las facturas falsas del Consejo Supremo Electoral. Nosotros hicimos las denuncias públicas de las amenazas de muerte. El Ministerio Público abrió un expediente, pero nunca dio una respuesta sobre esta situación. En este gobierno me han amenazado de muerte antes y ahora me han obligado a exiliarme.

El gobierno tilda a los periodistas de ser sesgados y solo informar sobre un solo ángulo de los hechos. ¿Qué opina sobre esto?
En una situación como esta, donde no tenemos como contraponer las cosas desde el punto de vista oficial porque no nos dan entrevistas los funcionarios públicos, es difícil hacer un periodismo ecuánime, equilibrado y balanceado. Ahora, yo prefiero que me digan que estoy parcializado pero decirte la verdad, a tratar de buscar el balance dándole voz al criminal que está matando a la gente o justificando que mató por combatir un golpe de Estado. Prefiero estar del lado de la población que está siendo masacrada, perseguida y en el exilio. Pueden decirme parcializado, pero voy a decir la verdad, y la verdad es que ha habido una masacre en el país. La han constatado los organismos internacionales de derechos humanos, quienes la han calificado como crímenes de lesa humanidad.

“En este gobierno de Ortega es que me han amenazado de muerte desde 2011, cuando hice una investigación sobre las facturas falsas del Consejo Supremo Electoral. Nosotros hicimos las denuncias públicas de las amenazas de muerte. El Ministerio Público abrió un expediente, pero nunca dio una respuesta sobre esta situación. En este gobierno me han amenazado de muerte antes y ahora me han obligado a exiliarme”, Luis Galeano, periodista.

¿Cómo ha hecho periodismo en tiempos de crisis?
El problema no ha sido desde la crisis. La crisis lo agudizó. Pero desde hace mucho tiempo no hay espacios para hacer contrastes: entrevistar a un ministro de Hacienda, al presidente del Banco Central, entre otros funcionarios públicos que puedan responder cuestionamientos. Aquí no ha habido espacio para hacer periodismo balanceado porque no hay espacio para eso.

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¿Cómo deberíamos de enfrentar esta persecución los periodistas?
Estamos llegando al límite en que tenemos que pensar hacer periodismo desde la clandestinidad. No sé si al señor Ortega se le va a ocurrir de pronto terminar con internet, cerrar o restringir las redes sociales. Recordemos que ya lo pensó antes de abril. Lo que quiere es que no existan ojos, oído, ni boca para contar lo que sucede en el país. Tenernos en un estado de sitio permanente. Por lo tanto, los periodistas tenemos que irnos preparando desde las plataformas digitales para seguir denunciando en el mundo lo que está sucediendo. Tenemos que reinventarnos y mantenernos unidos. Para que lo que diga uno lo repliquemos todos. Llego el momento en que no importa la exclusividad ni el nombre de quien va a estar delante de la nota, o quien hizo el reporte o la entrevista exclusiva. Lo importante es que el mundo siga enterándose de lo que está pasando en Nicaragua.

Luis Galeano, director del programa Café con Voz. LAPRENSA/U.Molina

¿Cómo nace el programa Café con Voz?
Después que salí de El Nuevo Diario, en 2012, empecé a pensar qué hacer. La radio siempre me llamó la atención y creía que debía rescatar el formato de entrevistas, debates y producción en la radio, y así fue como empezamos con un grupo de muchachos, como Winston Potosme, para hacer una especie de sinergia entre mi experiencia y el ingenio de recién graduados o por graduarse, y se armó el programa.

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¿Cómo fue el inicio?
Con buen suceso porque la gente lo empezó a ver como alternativa por lo fresco y jovial que era. Fuimos caminando hasta que la gente fue pidiendo que llegáramos a televisión y se dio la oportunidad en 2014. Entramos primero al Canal 23 y luego a 100% Noticias.

¿Cómo es el modelo de negocio de su programa?
Yo soy el que lo produzco y pago el espacio. En 100% Noticias lo que había era una renta de espacio, y yo soy el que produce, con Winston, lo dirijo, tengo mi línea independiente, tengo mi manera de ver las cosas y hacerlo. Es decir, no es Miguel Mora el que me decía cómo hacer mi programa. Siempre hubo respeto hacia la línea editorial de mi programa.

Es por eso que antes de la crisis su programa, aunque se transmitía en 100% Noticias, no tenía la misma línea editorial que la del canal…
Sí, porque yo siempre he sido el mismo. Mi línea de trabajo es por la transparencia, en contra de la corrupción, por la buena administración pública. Porque al final yo soy un ciudadano que paga impuestos y quiere que esos impuestos se inviertan en beneficio de nosotros, no que se los roben. Y ha sido lo mismo con Alemán, Bolaños, no es porque es Ortega. Con él es porque mostró su rostro criminal y la situación se volvió incontrolable.

Ustedes en el programa tenían varios anunciantes de la empresa privada. ¿Cómo ha quedado esa situación?
En el aire… (Suspira). En este momento ni siquiera he tenido cabeza para sentarme y ver cómo quedó todo eso. Eso es como un retazo que no te podría decir cómo lo vamos a resolver porque no esperábamos que cerraran el canal de esta forma.

En redes sociales circula un organigrama de cómo supuestamente las oenegés repartían dinero de Estados Unidos a los medios independientes, entre ellos aparece Café con Voz. ¿Qué opina al respecto?
En toda esta crisis Café con Voz tenía muchos anunciantes. Eso se puede comprobar viendo los programas. El mejor momento que tuvimos fue en la crisis, paradójicamente. Y tiene que ver con la audiencia y de cómo la gente se volcó viendo un programa como el mío. Nunca he dependido de la ayuda de algún organismo que colabore. Yo vendía mis anuncios, le pagaba el espacio a 100% Noticias y eso era lo que me mantenía en el aire. Por eso a mí me parece absurdo ese organigrama. El gobierno sigue creando enemigos para justificar sus crímenes.


Plano personal

Es licenciado de la carrera de Comunicación Social por la Universidad Centroamericana. De adolescente le gusta la Arquitectura, pero no llegó a estudiarla porque dibujaba “espantoso”.

Entró a la redacción de El Nuevo Diario como pasante en 1999. Seis meses después lo contrataron medio tiempo y luego estuvo permanente hasta 2004.

Fue corresponsal de la agencia española de noticias EFE durante dos años y regresó a El Nuevo Diario. Fue miembro y jefe de la unidad de investigación periodística de ese periódico y luego pasó a ser jefe de Redacción hasta el año 2012.

En 2012 creó el programa Café con Voz, que desde un inicio fue pensado como un programa de debates y comentarios con alguna producción radial. Desde 2014 su programa llegó a la televisión en el canal 23 y dos años más tarde aterrizó en 100% Noticias, hasta el antepasado viernes cuando clausuraron el canal.

Ha sido colaborador de la agencia de noticias AP, entre otros medios. Como pasatiempo le gusta leer. Tiene 40 años de edad y nació en Managua. Está casado y tiene tres hijos.

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