Aunque la población adulta suele pensar que los niños no comprenden lo que pasa, en realidad ellos están enterados de la situación y gravedad de los hechos ocurridos en Nicaragua y sufren por ello.
“Estoy lleno de rabia y no sé qué hacer”, dijeron algunos menores al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que en su informe alerta que la niñez nicaragüense sufre traumas que los acompañarán por mucho tiempo.
Los relatos de los menores impactaron tanto a los expertos interdisciplinarios que la socióloga Sofía Macher hizo énfasis en ellos durante la presentación del informe sobre Nicaragua: “Es inaceptable que cuando hablábamos con algunos niños, que tuvimos en unos talleres, te cuentan de qué manera le entró la bala a su papá, por donde pasó y cómo murió”.
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Macher también destacó que “el estado de vigilia en que se encuentran los niños es tremendo, el efecto en la sociedad, en la vida cotidiana nicaragüense es en este momento tremendo, hay miedo, hay una estigmatización, hay además una negación de lo que la gente está viviendo, se sienten vigilados porque hay lo que llaman los CPC (Consejos del Poder Ciudadano) en los barrios”.
Traumas en la infancia
Según el último informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), 24 menores de edad fueron asesinados durante las protestas en Nicaragua.
Sin embargo, la cantidad de niños y adolescentes que sufren traumas producto de la violencia en el país es incalculable y en el informe del GIEI se hace énfasis en ello.
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“En las escuelas hay niños cuyos papás y hermanos están o estuvieron encarcelados, otros tuvieron que irse del país. Estas experiencias les afectan mucho, manifestando que parece que todo lo que tenían se derrumbó. Además, tenían la experiencia de tener amigos independientemente del partido o de la opinión política de sus padres. Pero ahora, con la profunda polarización política, ya no. Así, los niños sufren porque sienten que han perdido amigos”, explica el GIEI.
Perder familiares y amigos dañó psicológicamente a los menores al privarlos de sus vínculos más importantes. Además, muchos niños sienten miedo al ver a un policía o una camioneta Hilux.
“Los mismos niños escuchados por el GIEI manifiestan no querer ir a las clases, por temor de los ‘hombres de azul’, de que los vayan a buscar en el colegio. Familiares señalan que, delante de camionetas Hilux, por ejemplo, los niños tienen fuertes reacciones, cómo gritar de miedo y orinarse”, revela el documento.
Algunos niños fueron testigos directos de asesinatos y otros hechos de violencia, “experiencia que queda en sus memorias y que les marcará en el futuro”. Ellos estuvieron en el medio de la represión, tuvieron que protegerse de disparos y han visto a sus familiares muertos en la calle, con heridas graves, esperando por atención médica, por ejemplo.
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El impacto de la represión en la niñez también puede ser observado a partir de los juegos, muchos niños y adolescentes juegan con tucos de palo, que dicen son morteros o simulan ser policías y manifestantes, imitando lo que observan día a día, alertan los expertos del GIEI.
Crímenes contra los niños y adolescentes
En esta crisis sociopolítica, la niñez nicaragüense ha sido víctima de horrendos crímenes cometidos a plena luz del día por fuerzas policiales, como la quema de una familia, entre ellos dos menores, ocurrido en el barrio Carlos Marx; el asesinato de un bebé de 14 meses a causa de un balazo, o adolescentes que han fallecido por disparos en la garganta; otros han perdido los ojos por un disparo; asimismo, un adolescente fue asesinado luego que un conductor se le lanzara de frente con el autobús mientras este cuidaba una barricada.
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Igualmente, la niñez ha sufrido secuestro de sus padres por parte de fuerzas policiales y paramilitares, o bien la pérdida de sus progenitores o algún familiar; así como el asedio constante de agentes armados en las zonas públicas, entre otros abusos.