Algo bueno deben estar haciendo en Chinandega para garantizar el avance de los Tigres a la Final de la Liga de Beisbol Profesional cada año y, al menos en las pasadas dos temporadas, no han llegado de espectadores. Han ganado.
El equipo renovado, con escasos nombres rimbombantes, pero revestido con una mística y una filosofía que les diseña para ganar y jugar bien, está preparado para retar a los Leones en una Final que se anticipa dramática y equilibrada a partir del próximo viernes en León.
Lo que intento decir, es que los Tigres no es un equipo improvisado, sino que consigue jugadores que se ajustan a un modelo, a una idea de beisbol que identifica sus versiones y los compromete en la búsqueda de la excelencia, más allá de los límites del presupuesto.
Por eso pasamos de una época en la que los felinos tenían a jugadores como Wuillians Vásquez, Yurendell de Caster o Curt Smith, a la versión actual, que descansa en la agresividad de Ismael Munguía, William Rayo o Gean Rigby, más Marvin Martínez y Edgard Montiel.
La tropa de ahora es básicamente joven, con algunos veteranos habituados a sortear la presión, pero todos con dominio técnico del juego. Los Tigres han optado por contratar a prospectos firmados o recién dados de baja y no solo a veteranos salidos de las ligas independientes.
Son equipos que enfatizan en los fundamentos del beisbol, que juegan bien a la defensa y dan prioridad a su picheo como principal factor de estabilidad, con una ofensiva que no tiene artilleros de poder, pero sí bateadores que saben articularse y sacar provecho de los errores rivales.
Los Tigres quitaron de su camino al Bóer, equipo que les aventajaba en talento, pero al que superaron en actitud y combatividad, justo lo que los tiene de cara al título, por ciento, el tercero en años consecutivos y eso ya no es pura casualidad.
Así que si los presupuestos cambian, los Tigres encuentran el modo creativo de usarlos. Las ideas de Enrique Gasteazoro y las decisiones de Lenín Picota están en sintonía, porque parten de una misma filosofía, de una misma manera de entender el juego.
En la Final, no sabemos qué sucederá, pero pase lo que pase, los Tigres han demostrado que su método funciona y su capacidad para adaptarse a las circunstancias, es realmente admirable.
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