De forma contradictoria, el régimen orteguista alaba su propuesta de cultura de reconciliación y paz en el país, al mismo tiempo que las capturas selectivas y la persecución por parte de la Policía Orteguista (PO) se han intensificado en algunas ciudades del país.
Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el poder electoral, en su comunicación de mediodía del 2 de enero de 2019 dijo: “Hemos logrado trabajar juntos una propuesta de cultura de reconciliación y paz que nos acercará más a todos, y hará realidad ese compromiso que hemos venido asumiendo desde la familia y la comunidad para vivir en paz”.
La paz a la que se refiere Murillo contrasta con las denuncias de los nicaragüenses, por medio de redes sociales, acerca del asedio y las capturas de la PO.
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El sociólogo Manuel Ortega Hegg distingue dos sujetos a los cuales se dirige Murillo con su discurso. Uno de estos es el “pequeño grupo de seguidores”, entre quienes existen contradicciones, y por medio de ese tipo de discurso busca limar dichas contradicciones y lograr cohesión. El otro sujeto es el resto de la sociedad, que no son seguidores o simpatizantes del Gobierno.
Para el sociólogo, la línea discursiva de Ortega, a nivel interno, solamente convence al pequeño sector que está con ellos, pero la gran mayoría de la población tiene muy claro lo que ha pasado en el país.
A nivel internacional, bajo el argumento del golpe de Estado buscan al menos confundir a la opinión pública, porque “convencerla está muy difícil”, explicó.
A la vez, señaló que actualmente existen otros elementos objetivos, como los informes de organismos internacionales de derechos humanos.
El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) señaló que en el país se cometieron crímenes de lesa humanidad.
Durante todos estos meses de crisis sociopolítica ha quedado evidenciado que “no hay ninguna intención del Gobierno de diálogo”, expuso Ortega Hegg. El Gobierno no ha sido capaz de asumir responsabilidades sobre la masacre cometida.
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Detrás del discurso de paz, reina el odio
Para el sociólogo Cirilo Otero, el régimen trata de mantener una imagen de paz, de amor y de entendimiento, pero realmente lo que está haciendo es “destrucción, camino a la guerra y camino al odio, sobre todo camino al odio”.
Según el experto, persiste una combinación de dos tipos de actuaciones, una es aparentar la paz y la concordia, pero detrás de esa paz está el odio y la guerra.
Solo en Masaya, la semana pasada, en menos de 24 horas, la Policía Orteguista allanó tres viviendas en busca de armas y capturó a cinco personas, quienes fueron llevadas a la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como el Chipote, bajo un proceso investigativo de 72 horas. Esto es parte del día a día en el país, que se acerca al noveno mes de crisis.
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