Ahora es el turno para los Leones de León y los Tigres de Chinandega, quienes están listos para subir al más alto escenario que el beisbol nacional puede levantar: la Final de la Liga Profesional.
Los Indios del Bóer resultaron un equipo sin clase ni personalidad y los Gigantes de Rivas fueron poco generosos con su historia. Ambos se fueron sin dejar rastro y ahora son solo espectadores.
Así que en la Final, donde los partidos se viven con una emotividad superior, vamos a tener a los Leones, plantel que dispone de todo el equipaje necesario para triunfar, en una esquina.
Y al otro extremo estarán los Tigres, quienes intentan extender su estado de gracia, luego de burlar los pronósticos e ilusionar a sus seguidores, que sueña con otro título de campeones.
Los Leones, quienes clasificaron directo a la Final, al desplegar un furioso ataque, exhibir una defensa solvente y un bullpen que casi siempre apretó las tuercas, parece ser el favorito al título.
Fortalecieron su rotación, el único rubro que levantaba algunas interrogantes, pero existe la duda sobre cuánto podría afectarles, en su efervescencia ofensiva, la pausa de 15 días sin jugar.
Los Tigres por su lado, no tienen la profundidad de talento de los Leones, pero sí han dejado en claro que disponen del temperamento y la vitalidad necesaria para vencer a quien se les cruce en el camino.
La tropa de Chinandega da la impresión de estar mentalizada de que no tiene nada que perder, tras avanzar a la Final contra pronósticos, pero es obvio que les encantaría un tercer cetro al hilo.
De modo que las condiciones están creadas para una Final de alto voltaje, con duelos vibrantes cargados de dramatismo, en una lucha sin tregua entre vecinos que se suelen hacerse mala cara.
Así que la incesante capacidad para generar emociones que tiene el beisbol, alcanza ahora su nivel más elevado con una Final que se anticipa pareja y en la que descubriremos quién es en realidad más fiero.
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