El regreso a la escuela está a la vuelta de la esquina y ya es hora no solo de ir preparando todo lo necesario para el inicio de clases, sino también de irse preparando para todo el cambio de rutina que implica la temporada escolar.
Las manifestaciones de conducta de los niños y jóvenes dependen de la personalidad, experiencias vividas en la escuela, el grado de motivación y la actitud escolar del estudiante. Asimismo, de la dinámica familiar, la comunicación y el modelo de crianza, explica Thelma Castillo Marenco, psicóloga y consejera del Saint Dominic School.
Recomienda a padres de familia y personal docente hacer de la primera semana de clases una experiencia positiva que marque un buen pronóstico para el transcurso del año escolar. “Es fundamental que los padres de familia tengan un ambiente estructurado que provea al menor seguridad y comodidad”, dijo. Siga sus consejos.
Nuevos hábitos de sueño. Haga un horario antes de iniciar las clases que incluya acostarse más temprano, para ir forjando los nuevos hábitos de sueño.
Organizar el tiempo. Realice, en conjunto con el menor, un horario escolar que le ayude a estructurar sus horas después de clases y cerciórese de que tenga espacios para descansar, hacer tareas, jugar o practicar algún deporte.
Plantearse metas. De acuerdo con las particularidades de cada menor es conveniente realizar con ellos metas a corto plazo, pueden ser por bimestre, y que se pueden medir con las calificaciones. Estas metas deben ser medibles y con privilegios lógicos. No se debe poner metas que pueden frustrar a los menores o a los padres y que después no se dé seguimiento de parte de los adultos o no se cumpla los privilegios acordados.