Aunque los ingresos totales del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) aumentaron 1.8 por ciento entre enero y noviembre del año pasado —aún en medio de la pérdida masiva de afiliados como consecuencia del impacto de la crisis política—, el déficit global de la entidad alcanzó los 2,878.6 millones de córdobas.
Este hueco financiero significó 694 millones de córdobas adicionales (31.8 por ciento) a los 2,184.6 millones acumulados en igual periodo del 2017, según publicó ayer el Banco Central de Nicaragua.
Los ingresos hasta noviembre del año pasado sumaron 23,073.6 millones de córdobas, lo que fue insuficiente para cubrir los 25,952.2 millones de córdobas en gastos totales, incluyendo la adquisición de activos no financieros.
Lea: Régimen orteguista proyecta desastroso déficit del INSS para 2018 y 2019
De esta manera el INSS completa seis años consecutivos de crisis financiera, pese a que en 2014 se implementó una reforma para extender su existencia hasta más allá del 2036, que claramente no resultó.
En el 2013 el instituto comenzó a registrar déficit. Ese año la necesidad financiera alcanzó los 201.1 millones de córdobas y desde entonces se ha ensanchado de manera incontenible.
Cuando se negoció dicha reforma, el asesor para asuntos económicos de la Presidencia, Bayardo Arce, dijo que con ese ajuste se aseguraba la pensión para generación y media, luego “los que nazcan hoy (ese año)” dentro de 22 años se enfrentarán a otra realidad, que no quiso precisar.
Sin embargo, la realidad financiera del INSS desde 2013 se ha venido deteriorando, pese a que el crecimiento del gasto en prestaciones del instituto se ha contenido fuertemente.
Según las cifras oficiales, divulgadas por el máximo emisor bancario, hasta noviembre del 2018 en prestaciones el instituto gastó 15,753 millones de córdobas, lo que significó un crecimiento de tres por ciento respecto a similar periodo del año anterior.
Ese crecimiento es excesivamente raquítico si se compara que en 2014, cuando se comenzaron a implementar las primeras reformas a la seguridad social, se experimentó hasta noviembre un aumento del 22.4 por ciento.
Lea:Déficit del INSS crece 185 por ciento hasta agosto
Sobre el gasto en atención médica
En cuanto a la compra de bienes y servicios, esto incluye la atención médica, el INSS invirtió el año pasado hasta noviembre 8,334.3 millones de córdobas, 9.4 por ciento más que el acumulado a noviembre de 2017.
En el 2014 en el periodo de referencia, la tasa de crecimiento en este rubro fue de 21.1 por ciento.
Las medidas para “salvar” el INSS
A partir de hoy los trabajadores del régimen integral comenzarán a cotizar 7 por ciento sobre el salario, en lugar de 6.25 por ciento.
También se eliminó el techo de salario máximo cotizable.
Se cambió la fórmula de cálculo de las nuevas pensiones, lo que hace que estas sean más del 30 por ciento inferior a antes de la reforma.
El seguro facultativo con atención médica pasa de 18.25 por ciento a 22.25 por ciento. En caso que solo sea para acumular semanas será de 10 a 14 por ciento.
La patronal pasa de 19 por ciento a 22.5 por ciento, según el número de trabajadores.
Lea:Régimen de Daniel Ortega condena a los nicaragüenses a pensiones de miseria
Crece gasto de planilla
Pese al fuerte aumento del déficit financiero, el año pasado el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social continuó incrementando el gasto en planilla, aunque más moderado que los años anteriores.
Según cifras publicadas por el Banco Central de Nicaragua, entre enero y noviembre del año pasado el gasto en remuneraciones a empleados ascendió a 1,619.6 millones de córdobas, un 6.1 por ciento más que el periodo similar del 2017. En años recientes este rubro creció a un ritmo de dos dígitos.