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Cierran tiendas de gasolineras que fueron clausuradas por el INE en diciembre

Fuentes del sector empresarial aseguran que se trató de una confiscación de los Ortega, luego del proceso irregular con la que estación de servicio fue clausurada

Las tiendas de las gasolineras, clausuradas en diciembre pasado por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), están totalmente clausuradas. Según fuentes del sector, finalmente el régimen de Daniel Ortega arrebató la concesión  con la que operaba el señor  Juan Carlos Habed, en el caso de la Puma Metrocentro. LA  PRENSA intentó localizarlo sin éxito.

“Confiscaron el negocio de la gasolinera y hasta la tienda de conveniencia. Ya han desalojado totalmente”, agregó la fuente empresarial, días después que se especuló sobre la posibilidad que el INE hubiera arrebatado la licencia de esta estación de servicio de combustible.

LA PRENSA intentó comunicarse con las autoridades del INE para conocer su explicación sobre lo ocurrido, pero la Dirección de Relaciones Públicas no ha respondido a la consulta y el señor Alfredo Cuadra García, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Petroleras, declinó hacer cualquier comentario a lo sucedido.

Lea: INE cierra al menos cinco gasolineras sin brindar explicaciones

Una misma empresa de seguridad

En un recorrido realizado por este medio de comunicación, se comprobó también que el negocio confiscado esta resguardado por una nueva empresa de seguridad que se llama Vekon, la misma que también está desde ahora  a cargo de otra estación de servicios que también fue clausurada en diciembre: Puma Larreynaga.

De hecho, lo que se puede encontrar en la estación Puma de Larreynaga o La Virgen es que a su alrededor hay cintas amarillas, donde se informa a la ciudadanía que no puede pasar, una orden que los vigilantes cumplen a cabalidad en cuanto se acerca un extraño. Esta mañana se han visto algunos vehículos aparcados del personal de la tienda, a la que la población no tiene acceso.

En la Puma Larreynaga, de Managua, pueden verse vehículos, pero son del personal que trabaja en la tienda.
LA PRENSA/J. Flores

“No habían argumentos técnicos para el cierre de las gasolineras, entonces, la única excusa es que esto se trata de una confiscación de negocios para beneficiar a socios del orteguismo”, adelantó una fuente.

Además de estas gasolineras también fue cerrada en diciembre la del Loyola, pero, a diferencia de las anteriores, en este caso es una tienda pequeña donde los únicos trabajadores que se veían desde temprano era el administrador y la señora de limpieza.

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