El esteliano Otoniel Faustino Espinoza Calderón, de 20 años, llegó el jueves a su juicio con los ojos y una sonrisa pintados de negro.
Cuando el juez Melvin Leopoldo Vargas García le preguntó por qué iba así, el joven respondió: “Vengo de payaso, porque esto es un circo”. Fue su manera de protestar contra el régimen.
Espinoza Calderón fue declarado culpable, junto a Bryan Alexander Quiroz, Rubén Omar Guido Araica, Alex Mauricio Castillo Parrilla, José Daniel Álvarez Polanco, Jairo Samuel Aráuz Martínez, Kevin Orlando López Arostegui y Allan Deney Moreno Benavidez, por los delitos de crimen organizado, entorpecimiento de servicios públicos y portación ilegal de armas de fuego.
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Así castiga la dictadura a quienes la critican. Ellos participaron en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo iniciadas en abril pasado, cuando miles de personas salieron a las calles inconformes por una reforma inconsulta a la seguridad social inicialmente, lo que luego de la represión estatal se convirtió en una demanda de cambio de gobierno.
El joven escribió en su uniforme azul un mensaje, con el mismo lápiz negro, el que decía “preso político”. El custodio del Sistema Penitenciario le exigió que volteara su camisa antes de entrar al juicio, que se realiza a puertas cerradas, sin acceso a los medios de comunicación independientes.
“Me declaro inocente. Ustedes son títeres del Gobierno y que ¡viva Nicaragua libre!”, gritó el joven cuando tomó la palabra ante el juez Séptimo Distrito Penal de Juicio de Managua, Melvin Leopoldo Vargas García, y ante la fiscal Geisel Reyes Sánchez ayer viernes en los juzgados de Managua.
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Los jóvenes son acusados por la Fiscalía de pertenecer a la banda delincuencial los Chapulines y de haber estado en los tranques de la salida sur de la ciudad de Estelí, donde supuestamente delinquían.
Para las autoridades policiales, los tranques levantados por la población, para defenderse de la agresión de policías y paramilitares desde abril eran sitios desde donde se cometían delitos. Sin embargo, organismos de derechos humanos independientes han señalado que en realidad lo que hubo fueron violaciones graves a los derechos humanos de parte de las autoridades, llegando incluso a la comisión de delitos de lesa humanidad.
Escribe un poema
Durante la misma audiencia, otro de los acusados —Bryan Alexander Quiroz— también tomó la palabra ante el juez Vargas.
“Mi última palabra es declararme inocente. Como le digo: a legua se nota su complicidad con el Ministerio Público y quiero que le digan a los jueces que están en El Carmen (residencia de Daniel Ortega): ¡Que viva Nicaragua!”, dijo Quiroz, de 23 años.
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Según contó la abogada defensora de Quiroz, Verónica Nieto, él escribió un poema mientras se desarrollaba la última parte del juicio.
El poema fue leído por la madre del joven durante una conferencia de prensa, posterior a la audiencia en los juzgados, la que se realizó en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH). Dice así el texto:
Hoy en la audiencia de pena,
fui declarado culpable.
Ni aunque me pongan cadenas,
nunca van a pararme
porque tengo allá afuera un pueblo para cuidarme.
Y aunque me imputen cadena
con evidencias inexplicables…
¡demen los años que quieran,
seré libre hablen lo que hablen!
Fiscalía pide castigo severo
La Fiscalía solicitó penas contra los acusados que van de los siete a los 23 años de cárcel, mientras las defensas pidieron 11 años por todos los delitos.
Jueces bajo control
La relación del sistema judicial con el régimen fue expuesta públicamente en enero por el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís, al momento de su renuncia.
“Son acusaciones absurdas sobre delitos que nunca cometieron, sustituyendo ustedes en sus decisiones a todo un poder judicial”, dijo sobre la influencia de Ortega y Rosario Murillo en los juicios a reos políticos.