Nicaragua ha estado marcada por historias sangrientas. Las muertes impunes han sido de las más dolorosas. Estos son algunos episodios de asesinatos que quedaron sin autores ni responsables y que aún se recuerdan.
Jorge Salazar
17 de noviembre de 1980. Jorge Salazar Argüello, vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y opositor del recién instalado gobierno revolucionario. Radio Sandino, emisora del FSLN, dio a conocer un comunicado del entonces Ministerio del Interior (Mint) que informaba el desmantelamiento de un supuesto “complot contrarrevolucionario”, en el que había muerto Salazar —también involucrado como conspirador contra la revolución— al enfrentar a las fuerzas de Seguridad del Estado. El asesinato ocurrió en la antigua gasolinera Esso Las Conchitas, de El Crucero. Tenía 41 años. No se enjuició a los autores del asesinato.
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Milagros Cuarezma
Agosto de 1949. Los padres de la niña Milagros Cuarezma Castellón, de 6 años, habían denunciado en la Policía su inexplicable desaparición. La niña había ido a comprar pan para el desayuno a una pulpería cercana a su casa, pero nunca más regresó. El 7 de agosto de ese año varios niños que jugaban en la costa del lago de Managua frente al barrio La Tejera hicieron el hallazgo: cerdos y perros del vecindario se disputaban los huesos, cubiertos con carne aún, de un niño, de acuerdo con el tamaño de los mismos. Este crimen quedó sin resolver a pesar de que se llevó a juicio y se procesó a tres personas que posteriormente quedaron en libertad. No se demostró que los restos encontrados fueran de la niña.
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Jean Paul Genie
Domingo 28 de octubre de 1990. Jean Paul Genie era un muchacho común y corriente de 16 años. La principal hipótesis apunta a que el adolescente fue abatido a balazos cuando intentaba aventajar una caravana de escoltas de Humberto Ortega Saavedra — entonces comandante en jefe del ahora extinto Ejército Popular Sandinista (EPS) — en el actual sector de Galería Santo Domingo y la rotonda que lleva su nombre. De los 19 disparos que impactaron al carro en el que viajaba, dos alcanzaron al muchacho y solo uno fue mortal. Pistas eliminadas, terror e impunidad en el caso perduran hasta la fecha. El caso naufragó cuando Auditoría Militar absolvió a todos los sospechosos, en un proceso que estuvo a cargo del hoy canciller Denis Moncada Colindres.
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Arges Sequeira
23 de noviembre de 1992. Arges Sequeira, presidente de la Asociación Nicaragüense de Confiscados y de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios. Vicepresidente del Partido Liberal Constitucionalista y uno de los 12 que integraban la alianza del poder. Fue asesinado a tiros en el municipio de El Sauce, León, en el occidente de Nicaragua. En su momento se dijo que el asesinato había sido perpetrado por tres pistoleros de las Fuerzas Punitivas de Izquierda (FPI), una organización criminal que fue creada precisamente para realizar operativos como el asesinato de Sequeira y eran integradas por militantes sandinistas que habían sido miembros del Ejército y de la Dirección General de la Seguridad del Estado (DGSE). Sequeira había impulsado las gestiones de unos 26 mil nicaragüenses para que el Gobierno de Violeta Chamorro devolviera a sus antiguos dueños las propiedades confiscadas por el régimen sandinista. El caso no se esclareció.
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Enrique Bermúdez
Sábado 16 de febrero de 1991. Enrique Bermúdez Varela, exjefe de la Contra, conocido como Comandante 3-80. Abordaba su camioneta azul en el estacionamiento del Hotel Intercontinental— ahora Hotel Crowne Plaza, donde tuvo una cita con un personaje desconocido— cuando recibió dos disparos en la cabeza; uno de alta precisión en el cerebro y cayó al lado de su vehículo. Tenía 59 años. El peritaje de la Policía no arrojó resultados. No se sabe quién disparó a la cabeza del líder contrarrevolucionario, ni quien ordenó y apertrechó al tirador. Alguien llamó “la peor investigación de un asesinato en toda la historia”, según una publicación de Magazine de julio del 2010.