Durante la inauguración del año escolar en el Instituto Nacional de Occidente (INO), León, el pasado 4 de febrero, la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ondeó como si fuera otro símbolo nacional. La ministra de Educación, Miriam Raudez, hasta desfiló sonriente por una pasarela adornada con las banderas de la alfabetización, el FSLN y la patria, un acto simbólico que evidencia el alto grado de politización del sistema educativo en Nicaragua.
Durante su discurso la funcionaria dijo que 1.7 millones de estudiantes ingresaron a clases este año, una cifra igual a la del año anterior y argumentó que el régimen gobernante en Nicaragua trabaja para mejorar la calidad educativa, argumento que resulta contradictorio ya que en 2019 el Mined pretende ser el principal operador político para aplicar la “Ley de Reconciliación”, algo que especialistas consideran una pérdida de tiempo.
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“Estamos construyendo el presente y el futuro, toda la comunidad educativa este año 2019, lleno de paz y armonía, vamos a hacer que cada aula de clases se convierta en ambiente donde tengamos aprendizajes mutuos, donde todos pongamos nuestra parte y esfuerzo para cuidar nuestros centros de estudios, contamos con las familias, docentes y estudiantes”, expresó Raudez.
Mientras tanto, en el Instituto Juan José Rodríguez, en el municipio de Jinotepe, Carazo, el asesor presidencial para temas educativos, Salvador Vanegas, sentenció que “este no es un cualquier ciclo escolar, es un año escolar que nos encuentra mejor preparados y nada mejor que miremos los rostros, las diferentes expresiones de la comunidad educativa”.
Recientemente la Asamblea Nacional aprobó la Ley para una cultura de diálogo, reconciliación, seguridad, trabajo y paz, que en lo referido al sistema educativo establece que dicha ley debe ser incluida en el currículo de formación docente “en las escuelas normales y en los Espacios Pedagógicos de Interaprendizaje (EPI) de manera mensual”.