Jonathan Loáisiga es considerado una joya entre los prospectos de los Yanquis. Su instrumental físico y la compostura de veterano que exhibió durante su breve paso por las Ligas Mayores en el 2018, tiene entusiasmados a los neoyorquinos.
Sin embargo, será lo que muestre ahora en los entrenamientos primaverales, lo que determinará su futuro inmediato en la organización de Nueva York, que este, como todos los años, pretende ganar la Serie Mundial.
“Yo estoy claro que no estoy fijo en el equipo y que debo ir a pelear un lugar, pero a mí me gusta la competencia porque eso saca lo mejor de uno y tengo mucha fe en que podré estar en la pelea”, dice con mucha serenidad el tirador pinolero.
Loáisiga viajó este lunes hacia Tampa, Florida, donde está instalado el campamento primaveral de los bombarderos y aunque los entrenamientos apenas inician, los expertos consideran que los Yanquis tienen mejorado su picheo para este 2019.
“Hay muchas personas que me dicen que los Yanquis tienen buena cantidad de brazos ya establecidos y eso es cierto, pero yo más bien pienso que así tengo más gente de quien aprender viendo a todos esos caballos”, asegura el carabinero.
Nueva York agregó los brazos de James Paxton y J. A. Happ a su rotación, que tiene como piezas ya consolidadas a Luis Severino, Masahiro Tanaka y el veterano CC Sabathia. De modo que la rotación parece ya estar definida.
“Mi meta es hacer el equipo. La forma cómo me puedan usar, ya es cosa del mánager. Yo no tengo problemas en abrir o relevar juegos. Solo quiero una oportunidad y haré mi trabajo. Estar en las Grandes Ligas, ya es una gran bendición”, señala el monticulista.
Impactó de una vez en el 2018
De acuerdo a especialistas de diferentes medios, los Yanquis quedaron muy contentos con el hecho de que Loáisiga mostró de una vez que podía lanzar con soltura en el Yankee Stadium, un sitio donde muchos suelen arrugarse.
“Creo que el beisbol es el mismo, no importa donde se juegue y lo que uno trata de hacer, es lucir lo mejor posible. A mí no me dio temor lanzar en Nueva York. Tal vez estaba un poco ansioso antes del inicio del juego, pero después ya no. Me sentí cómodo”, sostiene el lanzador.
Loáisiga colgó cinco ceros ante los Rays de Tampa Bay en su debut el 15 de junio del 2018 y se apuntó una victoria 5-0, con un trabajo de mucha autoridad, aunque batalló para ser consistente con sus disparos sobre el plato.
“Uno tiene que hacer ajustes y poco a poco va aprendiendo. Siempre he tenido control, pero a veces por el deseo de querer hacer las cosas de una forma tan fina, uno se complica y creo que eso me pasó a mí, pero ahora he aprendido” afirma.
Sin embargo, la más grande interrogante respecto a Loáisiga no tiene que ver con su talento o su firmeza temperamental, sino con su salud, un problema que lo ha asediado a través de su joven carrera como lanzador profesional.
“Mi principal deseo es tener salud. He trabajado durante el receso para fortalecerme y conseguir una buena condición física. Así que tengo fe en que Dios me dé mucha salud para competir y ganarme un lugar en el equipo”, aseguró.
A sus 24 años, Loáisiga intenta pelear por su lugar en los Yanquis.
Listo para el rol que sea
Jonathan Loáisiga registró marca de 2-0 y 5.11 en el 2018, después de actuar en nueve partidos. En una primera etapa, antes de lastimarse, registró 2-0 y 3.00 en 18 entradas.
Al final, trabajó en 24.2 episodios, tolerando 26 hits, con tres jonrones y 14 carreras limpias, dio 12 bases por bolas y propinó 33 ponches. Su frecuencia ponchadora fue de 12 “fusilados” cada nueve innings.
A Loáisiga se considera como un lanzador con material para abrir juegos, dada su recta sobre average (97 millas) una curva devastadora y un cambio que progresa cada día.
Sin embargo, por lo poblado que está el staff de los Yanquis, no se descarta que trabaje de relevista, función que podría realizar sin problemas por su velocidad y su serenidad para lidiar con la presión.