El sector distribuidor de vehículos automotores está al borde de la quiebra. En el primer mes de año, las ventas cayeron un 90 por ciento y de aprobarse la reforma a la Ley de Concertación Tributaria (LCT) el sector se terminaría de hundir.
Fuentes del negocio, que prefieren no ser citadas, admiten que el sector está en una situación muy grave, al punto que las empresas están sobreviviendo con los talleres de servicio.
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A esto hay que sumarle que de concretarse la reforma fiscal este sector prevé ir la “bancarrota”, y con ello arrastraría al desempleo a muchas familias.
“Con empresas en pérdida no se puede triplicar el pago del Impuesto sobre la Renta (IR) del 1 al 3 por ciento.
Además muchos son distribuidores no fabricantes, por tanto, el adelanto del IR debería calcularse con base en el margen neto y no con base en las ventas brutas”, aseguró la fuente del sector.
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Asimismo, hizo referencia que las reformas “son como quitarle el oxígeno a un enfermo”.
Recientemente la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Vehículos Automotores (Andiva) expresó su rechazo a las reformas, señalando lo grave que esto sería para el sector. Según datos de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), el sector automotor cerró el 2018 con una caída del 57 por ciento en sus ventas debido a la crisis sociopolítica.
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Esto ha dejado sin empleo a entre el 35 y 40 por ciento del personal de estas empresas, estiman las fuentes.
Importaciones se desploman
La crisis que afronta el negocio se refleja en las cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN): la importación de automotores se había desplomado drásticamente hasta noviembre del 2018, con respecto al mismo lapso del 2017.
La caída se ha dado principalmente en vehículos que durante años gozaron de sólidos crecimientos. Por ejemplo, los vehículos tipo sedán sufrieron una caída en las importaciones de enero a noviembre del 2018 del 51.1 por ciento, con respecto a igual periodo del 2017.
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De igual forma las camionetas, los camiones y microbuses tuvieron una reducción del 45 por ciento en las importaciones y las motocicletas del 27.7 por ciento, en igual lapso, indican las cifras.
El sector distribuidor de vehículos se ha visto presionado desde el año pasado por la decisión de los bancos de restringir la entrega de créditos, como parte de las medidas para enfrentar la fuerte salida de depósitos debido a la incertidumbre generada por la crisis sociopolítica que lleva más de trescientos días.
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Para compensar la carencia de financiamiento bancario, los distribuidores lo asumen. Sin embargo, por el nivel de riesgo, muchos compradores no son sujetos de crédito.
Las empresas distribuidoras de vehículo señalan que las pocas personas que pueden recibir financiamiento deben pagar tasas del 14 por ciento o más y otorgar una prima del 30 por ciento del valor del vehículo.
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Otra parte de clientes que han mantenido a duras penas el negocio son empresas o productores que adquieren vehículos de trabajo y los pagan al contado.
Las pérdidas provocadas por la caída en las ventas han obligado a las distribuidoras a cerrar la mayoría de sus sucursales y a centrar sus operaciones en las sedes ubicadas en la capital.
Recientemente cerró una sala de venta de vehículos en el barrio Julio Martínez y solo quedaron funcionando los talleres.
“No sé cuántas sucursales han cerrado, pero son todas o casi todas fuera de Managua. Casi solo han quedado las casas matrices”, señaló una fuente.
Proyecciones 2019
El cuarto Monitoreo de Actividades Económicas, realizado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), detalla que este año como consecuencia del alargamiento de la crisis el sector tendrá una caída en sus ventas del 30 por ciento, esto sin tomar en cuenta el efecto de las reformas al Seguro Social y la postergada reforma tributaria.
El economista Luis Murillo advirtió que al aplicar las reformas tributarias este sector podría desaparecer, a igual que otros.
“La gente está ahorrando, nadie está invirtiendo, aparte pocos tienen la capacidad de comprar un vehículo de contado y desde la crisis, con la restricción del crédito, este sector quedó atado, no puede hacer nada”, dijo Murillo.