“La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos”. (Lope de Vega).
Guernica (1937) un óleo de Pablo Picasso, alude al bombardeo de Guernica ocurrido durante la guerra civil española contra la dictadura de Franco. Un tríptico que representa en su centro un caballo agonizante, el guerrero que yace muerto a sus pies y la mujer con la lámpara que ilumina la oscuridad. En el extremo izquierdo aparece una madre con su hijo muerto, el toro con la cabeza volteada en señal de indiferencia. En el extremo derecho está un hombre implorando al cielo con sus brazos extendidos el cese del bombardeo. El dolor es patentado en las expresiones faciales: los ojos abiertos por el terror o cerrados por la muerte. Todo está en estado de descomposición.
El cerco de Numancia, (1585) es una tragedia escrita por Miguel de Cervantes inspirada en la derrota de Numancia a manos de los romanos dirigidos por Escipión. Sin embargo, su derrota no fue total pues prevaleció el espíritu de solidaridad y coraje de los numantinos. Quisieron dialogar para firmar la paz, pero Escipión los rechazó. Solo quedaba vencer o morir. Las mujeres ante el temor de quedarse solas, piden les den muerte. Cuando Escipión entra con su ejército encuentra una ciudad inerte. El último habitante se arroja desde una torre al vacío. Mediante el suicidio, logran frustrar al romano, puesto que así no habría enemigo al que vencer.
Fuenteovejuna (1619) es una obra teatral de Lope de Vega. Sus habitantes planean la muerte del Comendador de Calatrava, por todos los atropellos cometidos contra su pueblo. Unidos deciden tomar justicia por sus propias manos. Allanan la casa de Guzmán, hunden sus puñales en su pecho y le arrojan por la ventana. El cuerpo recibido por la multitud fue despedazado. Avisaron al rey para disculparse de sus hechos. Adujeron que le mataron por ser víctimas de “maldades que ningún hombre podía tolerar”. A las preguntas: “¿Quién mató al Comendador?”, respondieron “Fuenteovejuna, señor”. “¿Y quién es Fuenteovejuna?” “Todo el pueblo, a una”.
El arte refleja lo más profundo de nuestro corazón. Se manifiesta tanto en la espesura del océano como en la oscuridad de una cárcel, en las tristezas o en las alegrías.
Guernica y Numancia reflejan el mismo dolor nicaragüense, quienes se resisten desde abril 2018 —sin llegar aún al suicidio—. También, me recuerda a Amaya Coppens quien siendo ciudadana belga renuncia a ser tratada con especialidad para permanecer al lado de sus compatriotas. Solidaridad y coraje que impera en las cárceles nicaragüenses, donde están nuestros heroicos presos políticos vestidos con el azul de nuestra bandera, que ondea clamando ¡libertad y respeto!
Ojalá que nuestro espíritu libertario y heroico no desespere, y que nuestra república que clama justicia, no se obligue a actuar como Fuenteovejuna: ¡Todo el pueblo, a Una!
La autora es máster en Literatura Española.