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Poeta Ernesto Cardenal, a sus 93 años en su residencia en Managua. LA PRENSA/Archivo

Ernesto Cardenal ha trascendido a ser el poeta contemporáneo de esta aldea global que llamamos mundo

En la época contemporánea, Cardenal ha transformado la poesía en lengua española al incorporar en el siglo XX una poderosa vertiente de la poesía norteamericana (EzraPound, William Carlos Williams, ArchibaldMcLeish)

Ernesto Cardenal o la piedra en el cosmos. Nacido en Granada(1925), es el poeta vivo más importante de nuestro planeta. Su importancia no la debemos medir solamente por su fama internacional.

Su nombre unido a su poesía sabemos que  son capaces de colmar el pequeño espacio del Museo de Historia y Cultura de Diriamba, el Yanqui Stadium de Nueva York o el Estadio Olímpico Luznhiki de Moscú en Rusia.

Cardenal ha trascendido a ser el poeta contemporáneo de esta aldea global que llamamos mundo. La escritura (en sus dos variantes verso y prosa), la ética cristiana y la imagen de Cardenal,  han devenido en el principal satisfactor estético literario dada su altísima calidad, para gentes como nosotros que nos ha tocado vivir en una época de espantosa incertidumbre, pavorosa crisis y escasa esperanza.

Cardenal es coetáneo de dos extraordinarios poetas: Ernesto Mejía Sánchez y Carlos Martínez Rivas. Las generaciones de escritores nicaragüenses, posteriores a ellos, siempre hemos tenido una grave dificultad para dilucidar quién es el más “grande”, de los tres.

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Ernesto Cardenal. Imagen tomada por el cineasta Paolo di Paolis en un mirador en la campiña en la Marche, Italia. LA PRENSA/Cortesía

Para salir de este embrollo, en lo personal, tengo aproximadamente unos 10 años de venir madurando la siguiente hipótesis:

Ernesto Mejía Sánchez (Masaya 1923) es el más alto grado de perfección de una escritura paradigmática y canónica que participa en un equilibrio prodigiosa tanto de poética como de retórica;

Carlos Martínez Rivas (Guatemala, 1924) es la renuncia a la perfección con pleno conocimiento del canon poético y retórico, para lograr una singular poesía alcanzada desde la imperfección estética por opción poética;

Ernesto Cardenal (Granada, 1925) es la revolución total de la poesía en lengua española más un aporte trascendental a la poesía universal, en el siglo XX y en lo que va del XXI, al crear la corriente exteriorista y luego,  alcanzar el logro sin precedentes a nivel mundial, de crear la poesía místico-científica del Cántico Cósmico y de otras obras más recientes.

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La calidad de la transformación de la poesía en lengua española lograda por la obra de Cardenal, solamente tiene como precedentes las aportaciones de Garcilaso de la Vega, quien en el siglo XVI incorporó las formas poéticas italianas  y de nuestro Rubén Darío quien a finales del siglo XIX se apropió para el español de aquellas de origen francés.

En la época contemporánea, Cardenal ha transformado la poesía en lengua española al incorporar en el siglo XX una poderosa vertiente de la poesía norteamericana (EzraPound, William Carlos Williams, ArchibaldMcLeish) y la tradición más simple y sabia de la poesía universal, aquella que está en La Biblia y en la épica de Homero. Esa poesía que gracias a José Coronel Urtecho y  al mismo Padre Cardenal, hoy conocemos como exteriorismo y que en nuestros días constituye, el caudal más vigoroso en la poesía de lengua española contemporánea

El célebre poeta y ensayista cubano, Roberto Fernández Retamar es categórico  cuando afirma: “(…) en el siglo XX la poesía de lengua castellana empezó y terminó con dos nicaragüenses: Rubén Darío en un extremo y Ernesto Cardenal en el otro”.

Este aserto parte de considerar el peso trascendental que la obra de Cardenal tiene en la poesía de nuestra lengua y en la universal.

Sobre su pensamiento contenido en su obra Vida en el Amor –una vela de mística cristiana-, su maestro Thomas Merton, nos dice: “La sencillez lúcida y “franciscana” de Ernesto Cardenal nos muestra el mundo no como lo vemos con nuestro miedo y nuestra desconfianza, sino como realmente es. Porque el amor no es un sueño: el amor es la ley básica de las criaturas que fueron creadas libres para darse, libres para participar de la infinita abundancia de vida con que nos colma Dios. El amor es el corazón y el verdadero centro del dinamismo creador que llamamos vida. El amor es la vida misma en su estado de madurez y perfección.”


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Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta a la mesa con los gánsters ni con los Generales en el Consejo de Guerra.


El escritor y critico literario Anastasio Lovo, junto al poeta, Ernesto Cardenal, Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2012). LA PRENSA/Cortesía

Y sobre el Cántico Cósmico esa magnífica y deslumbrante obra de Cardenal, el escritor y académico nicaragüense, Julio Valle Castillo, dice lo siguiente: “La propuesta poética, la ambición y el experimentalismo de Cántico Cósmico lo ubican  en el centro de la tradición de la poesía moderna y, dentro de esa tradición, a contracorriente. Cierra y abre. Clausura e inaugura. (…) cierra de manera cimera la tendencia poética conocida como exteriorismo y abre, inaugura la poesía del siglo XXI, la poesía del futuro (…) La poesía científica más que astral, estelar o cósmica. La poesía que sin rebajar la emoción y la imaginación es capaz de asimilar y expresar el más veraz y comprobable conociendo científico. No hay en el Cántico Cósmico un solo postulado científico, una fórmula que no sea demostrable”.

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La vida y la obra de Cardenal han significado mucho para muchas personas en el mundo. Personalmente recuerdo que caminábamos con el Padre Cardenal en Octubre del 2006, por la plaza de Fermo, provincia de Ascoli Piceno, en Italia, el Rev. Tomás Téllez, Mauricio Governatori, célebre muralista italiano y el cineasta Paolo di Paolis,  quien venía filmando… Cuando una Nona, una abuela italiana con sus 70 años bien cumplidos, con su pañuelo anudado al pelo,  se desprendió de una de las altas aceras que circundan la plaza dorada por las piedras y la luz del otoño, y partió decidida a encontrar a nuestro grupo dando gritos: “¡Miracolo! ¡Miracolo! ¡Miracolo!”

Nosotros nos sorprendimos, mientras ella, la Nona, se acercaba más a nosotros para poder abrazar y besar a Ernesto diciendo algo así como: “Toda mi vida es esperado por este momento, por tener la dicha de conocerlo. Soy una persona que ama a Nicaragua, a la revolución y Usted ha sido un guía para mí. Toda mi vida he esperado conocerlo y Dios hoy ha cumplido mi deseo. Grazie, grazie. No pasarán. No pasarán”.

La obra  y la vida de Cardenal esta construida a partir de una visión mística, un fundamento conceptual y una praxis histórica, que bien podríamos enunciar en la siguiente afirmación: “Dios es Amor y Revolución. Tres elementos que conforman una tríada dialéctica. Tres elementos que han marcado el paso por la tierra y el universo de Cardenal. En cada acto de Cardenal llamado por Dios está el amor, su fuerza transformadora (revolucionaria) y su trascendencia cósmica (divina).

En el plano de las ondas físicas, para que tengamos una posible imagen de la obra poética de Cardenal, a mí me gusta verla como una piedra que cae en una poza y que produce los consabidos círculos concéntricos:

  1. Primer Círculo: La ciudad deshabitada. Círculo que lleva lo más íntimo del alma amorosa del poeta, el amor en su Granada y el Gran Lago.
  1. Segundo Círculo: Proclama del Conquistador, El estrecho Dudoso, etc. Constituyen el círculo de la apropiación del espacio geográfico de Nicaragua.
  1. Tercer círculo: Epigramas, Hora Cero, GethsemaniKy, Salmos, Oración por Marilyn Monroe, significan la ampliación del amor, a la historia nacional,  la dimensión bíblica en la historia y del tiempo contemporáneo.
  1. Cuarto Círculo: Homenaje a los Indios Americanos/ Los Ovnis de Oro: constituye el círculo grande  que incluye a nuestro continente, América o sea AbyaYala. Cardenal hace suya la voz de los pueblos aborígenes americanos, se apropia para nosotros del inmenso espacio de América (Norte-Centro-Caribe y Sur) y además dispara su poesía –la poesía del pueblo- a las raíces de las cosmogonías de nuestros antepasados.
  1. Quinto Círculo: Canto nacional, Oráculo sobre Managua, Vuelos de victoria, etc. es el círculo de la Revolución en su patria no ceñida a las fronteras nacionales sino desbordadas por esta misma poesía y por una visión trascendental de la misma.
  1. Sexto círculo concéntrico: La piedra cae en el estanque del cosmos para generar en el universo más musiquilla de las pobres esferas en las formas poéticas del Cántico Cósmico.

Círculos concéntricos de un grano de mostaza o una escama del Pez, que cae eternamente en la poza del cosmos. Ictius in cosmos.

La lectura de la obra poética de Ernesto es inagotable. Pero creo no estaremos errados si percibimos y concebimos la obra de Cardenal como obra del amor cristiano hacia el prójimo, hacia la naturaleza, hacia el arte y hacia el cosmos.

La escritura de Cardenal es parte fundamental de la consciencia estética, política, filosófica y científica del mismo universo.

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