Julio Raudez hijo, quien tiene la habilidad para lanzar con ambas manos, se distingue también por ser parte de un linaje de grandes tiradores del beisbol nacional, y el pasado sábado dio un paso al frente al conseguir el primer éxito de su carrera en la Primera División.
Julio hijo se apuntó el triunfo de los Tiburones de Granada 11-7 sobre el San Fernando, con labor de 5.1 entradas de dos carreras, como abridor.
Fue la victoria 312 de la familia Raudez en los torneos nacionales.
Todo comenzó con Diego, un tirador de bola submarina que brilló en nuestro beisbol de 1977 a 1993, y que acumuló 119 éxitos.
Luego apareció Julio César, hijo de Diego, y elevó el nivel, al punto de convertirse en el máximo ganador en la historia de los campeonatos nacionales con 170.
Después aparecieron William, hermano de Julio, y Roniel, sobrino de ambos.
William ha ganado 21 partidos y se mantiene activo, mientras que Roniel logró una victoria en su debut en 2013, con 15 años de edad, antes de ser firmado por los Medias Rojas de Boston, perfilándose como un potencial de bigleaguer.
Ahora es el turno de Julio hijo, quien a sus 20 años no ha abandonado la esperanza de lograr una firma profesional. Sino, está listo para hacer historia aquí.
En breve…
Los ponchadores en nuestro beisbol son escasos, pero en el pasado fin de semana Braulio Silva (Dantos), Jesús Garrido (Chinandega) y el zurdo Elías Gutiérrez (Jinotega) tuvieron un partido cada uno de 11 abanicados con siete o menos entradas lanzadas cada uno.
El caraceño Bismarck Ruiz empató un récord, al golpear a cinco bateadores en un juego. Igualó a Freddy Corea, quien lo hizo con el Bóer en 1997.
Iván Hernández y Norlando Valle tuvieron un juego de dos jonrones cada uno y se unen a Álvaro Rubí y Carlos Pérez como los primeros en hacerlo esta campaña.