La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) debería ser una herramienta estratégica para que el sector comercial automotriz haga acciones sostenibles que permitan reducir las muertes y la accidentalidad en Nicaragua. El anuario estadístico de Tránsito Nacional (2017) confirma el comportamiento de los accidentes de tránsito en el país, registrado en diversos tipos de vehículos. Frente a esta realidad, ¿cómo el sector automotriz puede hacer aportes de RSE para contrarrestar esta pandemia social?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce los accidentes de tránsito como una de las 10 principales causas de muerte; y los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), pretenden que las ciudades gocen de un transporte sostenible, que permitan disminuir la cantidad de contaminación ambiental y reducir los accidentes de tránsito. Un principio de responsabilidad que debería ser compartido por el sector automotriz con el Estado, por medio de la Policía Nacional de Tránsito.
Considerando que las estadísticas oficiales de Tránsito Nacional (2017) señalan que las motocicletas (42%), camionetas (19%), camiones (12%) y autos (9%) son el tipo de vehículo con más registro de accidentes y fallecidos, el sector automotriz cuya dinámica de negocios es distribuir y vender repuestos de vehículos, debería diseñar acciones sostenibles de RSE en dos dimensiones: revisar las campañas de marketing y publicidad, y crear programas de educación vial.
La RSE puede contribuir a que las campañas de marketing y publicidad no solo hablen de la marca, sino que pongan el énfasis en prevenir y concienciar acerca de la accidentalidad. Mensajes tan sencillos como guardar distancia, usar el casco, ponerse el cinturón, cero uso de celular, y cero consumo de alcohol pueden marcar la diferencia en las campañas de marketing y publicidad del sector automotriz. Se trata de hacer el marketing desde un enfoque de RSE.
El mal estado mecánico es la causa número siete de fallecidos en la vía, el sector automotriz puede hacer aportes sustanciales en esta materia, por medio de la creación de programas de educación vial dirigidos a clientes y comunidad. Financiar el material didáctico (folletos, libros, señalización vial) en educación vial es hacer filantropía, pero no RSE, porque no hay un compromiso directo de la organización con la problemática. Se trata de un trabajo de prevención y educación vial que no debe limitarse a las escuelas de manejo o Tránsito Nacional.
El reto el sector automotriz es incorporar la RSE como parte del modelo de negocio, para diseñar programas sostenibles en educación vial y marketing y publicidad, que contribuyan a cambiar el comportamiento y actitudes de conductores y peatones en la vía, para reducir los accidentes de tránsito en el país.
El autor es consultor en RSE y Comunicación.
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