Nicolás Maduro recibió un nuevo golpe diplomático este miércoles durante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. 60 representaciones de gobiernos abandonaron sala en la que se realizaba la reunión cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, comenzó a realizar su intervención.
El régimen usurpador intentó lavarse la cara ante el mundo después de haber quemado la ayuda humanitaria y asesinar venezolanos.
Pero la mentira se ha quedado sola. Más de 60 países se retiraron cuando el representante del usurpador tomó la palabra.
¡Seguimos! pic.twitter.com/iwtBpcW1Ju
— Juan Guaidó (@jguaido) 27 de febrero de 2019
Así demostraron que no están dispuestos a aguantar la presencia de funcionarios chavistas en la escena internacional. Arreaza, en noviembre de 2018, celebró el fallido golpe de Estado en Nicaragua.
Esta acción fue coordinada con antelación por los países del llamado Grupo de Lima, que han reconocido al presidente del Parlamento venezolano, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela hasta que se celebren nuevas elecciones. Por su parte, la Unión Europea se sumó a la protesta rebajando el nivel de su representación diplomática durante la intervención de Arreaza.
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Ante el boicot, el canciller venezolano no se inmutó y pronunció su discurso, durante el que dijo que en la frontera con Colombia se observan “operaciones con bandera falsa detrás de las cuales está Estados Unidos”. Asimismo, abogó por un diálogo entre Nicolás Maduro y el presidente estadounidense Donald Trump para ayudar a buscar una salida a la crisis venezolana.
Más de 60 países, americanos y europeos, manifestaron su voz de inconformismo con el gobierno de Nicolás Maduro al salir recinto, como fue el caso de las misiones diplomáticas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú. Ellos emitieron poco después un comunicado conjunto en el que explican que sus respectivos gobiernos no reconocen la legitimidad del actual mandato de Nicolás Maduro como presidente ni de sus representantes.
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La acción de la comunidad internacional ocurre, luego de que el pasado 23 de febrero el régimen de Maduro impidiera la entrada de ayuda humanitaria que está acumulada en las fronteras de Colombia y Brasil con Venezuela, lo que provocó distintos disturbios que causaron varios muertos.