JC Ramírez está que rasca por volver a la acción.
Hasta el 2016, la carrera de Juan Carlos Ramírez parecía ir hacia ningún lado. Daba la impresión que sería uno más de esos grandes talentos que nunca llegan a desarrollarse.
Fue entonces ocurrió lo imprevisto. Los Rojos lo pusieron en oferta y antes de que JC lo supiera, fue a parar a los Ángeles y ahí encontró la oportunidad para crecer.
Una tarde Ramírez llegó al estadio y cuando se vestía, un ejecutivo de los Rojos le informó que ya no era parte del equipo, y que los Ángeles lo habían tomado del waiver.
Mike Scioscia lo saludó en el nuevo conjunto y soltó la frase que cambiaría la carrera del nica: “no sé porqué no te has establecido. Tienes un gran talento, pero aquí te vamos a ayudar”.
Y así fue. Ramírez pasó de ser un lanzador nómada (había estado en cinco equipos) a un prometedor relevista, al terminar el año con 2-1 y 2.91 en 43 juegos con los Ángeles.
Mejor aún, los californianos vieron en él talento de un posible abridor y Ramírez se entusiasmó más. Afinó otros picheos en Nicaragua y llegó a sorprender a sus coaches.
JC terminó 2017 con 11-10 y 4.15, en un desempeño muy sólido durante 147.1 innings, una cifra impensable en su carrera, en la que solo tenía 133 episodios antes de ese año.
Pero se presentó un nuevo reto. El brazo se le lastimó y fue sometido a la cirugía Tommy John, que le privó de actuar en la mayor parte del 2018 e inicios de este año.
Ramírez ya está soltando su brazo y a pesar de que desea acelerar el proceso, los médicos le han ordenado que tenga calma. Iniciará en las Menores y en mayo debe estar de vuelta.
Nadie sabe cómo volverá, pero un alto porcentaje (83) regresan de esa cirugía como estaban antes de la lesión o mejores. Ramírez tiene mucha ilusión y desea aprovechar el tiempo.
No dudo que lo mejor de JC aún no lo hemos visto. Este lanzador va hacia una nueva etapa, de mayor madurez.
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