14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Jonathan Loáisiga

Edgard Rodríguez C.

Zona de Strikes: Tom Seaver se retira de la vida pública tras ser diagnosticado con demencia

Tom Seaver, uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos, ha decidido librar la batalla contra la demencia junto a su familia, en privado.

Tom Seaver, uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos en el beisbol de las Grandes Ligas, ha decidido apartarse de la vida pública, tras ser diagnosticado con demencia.

Los fanáticos admiraban a Seaver porque realmente era admirable desde el montículo. Y hay un hecho que grafica bien el respeto que se le tenía en todas partes. La tarde del 5 de agosto de 1985, su nombre estaba en la boca de todos mientras vencía 4-1 a los Yanquis, en ruta a la victoria 300 de su carrera.

Seaver lanzaba para los Medias Blancas, pero el juego no era en el Comiskey Park de Chicago, sino en el Yankee Stadium, donde la ovación de 54,032 fanáticos resultaba estremecedora. “Seaver, Seaver, Seaver”, gritaban los aficionados, mientras terminaba de dar forma a su proeza en terreno enemigo.

“Es imposible no admirar a Seaver, aunque no deseas estar en el equipo que él ha derrotado para llegar a los 300 triunfos”, dijo el dueño de los Yanquis, George Steinbrenner, aquel día en Nueva York.

Por donde pasaba Seaver era admirado por los fanáticos, pero los bateadores le temían. Le llamaban “Tom El Terrible” y sus cifras le daban fuerza a su apodo.

Cuando se retiró en 1986, había conquistado 311 victorias y asestado 3,640 ponches. De modo que entró sin reparos al Salón de la Fama en 1992, con 98.8 por ciento de los votos, que constituía un récord en aquel momento.

Participó en 12 Juegos de Estrellas, lideró la Liga Nacional cinco veces en ponches y tres veces en efectividad, mientras superaba la barrera de los 20 triunfos en cinco oportunidades.

Y he dicho todo esto, porque Seaver ha decidido librar su batalla en privado, tras ese diagnóstico perverso.

Es una pena lo que pasa con Seaver, verdadero icono del picheo en la historia del beisbol. Recta poderosa y bien localizada, más slider, sinker y curva lenta, era su excepcional repertorio.

Este año, los Mets, equipo al que condujo a dos Series Mundiales (1969 y 1973), y en el que fue decisivo para la conquista del cetro de 1969, celebra su 50 aniversario de haber hecho aquel milagro de vencer a los poderosos Orioles de Baltimore.

Sin embargo, Seaver será el gran ausente. Su familia ha decidido mantener al legendario jugador lejos de las emociones, pese a que él fue un fabricante de ellas con sus magistrales faenas desde la colina.

Seaver lanzó un no hitter, propinó 19 ponches en un partido, trabajó diez entradas en el cuarto juego de la Serie Mundial de 1969 para derrotar 2-1 a los Orioles y forjó ocho episodios perfectos contra los Cachorros antes de ver escapar su noche mágica por un hit de Jimmy Qualls en el noveno con un out.

Hizo todo lo que una estrella del montículo anhela. Así que este ganador de tres premios Cy Young (1969, 1973 y 1975) se merecía un mejor final, pero casi nunca tenemos la opción de decidir cómo apartarnos del escenario de la vida. Por ahora Seaver ha bajado con la ayuda de su familia.

Sigue a Edgard Rodríguez en Twitter: @EdRod16

 

Deportes

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí