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David Rodríguez Vega, conocido como el Insolente Nene tiene esperanzas de recuperarse. LA PRENSA/ Roberto Fonseca

El Insolente Nene: “Estoy viviendo un tiempo extra, yo le llamo el tiempo de Dios”

El locutor asegura que el último médico lo desahució y le dijo que moriría en un mes, ese plazo —cuenta el Nene— se venció el pasado 08 de marzo

David Rodríguez Vega, conocido popularmente como el Insolente Nene, la voz joven de las radios urbanas en Nicaragua, batalla contra el cáncer de páncreas y contra los pronósticos médicos que aseguran que debería estar muerto desde hacía meses.

“A mí me tiene en pie la misericordia de Dios no la ciencia”, expresa el locutor de 39 años, mientras aprieta su estómago por el dolor y la hinchazón. Tiene los ojos y la piel amarillos, una delgadez aflictiva, pero su aspecto —no cabe duda— es el aspecto de un guerrero.

El Nene pasó de los escenarios más viciados, en donde reina el tabaco, el alcohol y las drogas, a una vida “de alabanza y servicio al Creador”.

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Cuenta que el 29 de septiembre del 2018 al regresar de un viaje de índole laboral, se tomó un tiempo a solas y llegó a la conclusión de que pese a la fama era un hombre vacío, “decidí que volvería a los caminos que mi madre me inculcó de niño. Tres días después me detectaron el cáncer, me hicieron una muestra de biopsia en noviembre y me dijeron que moriría en tres meses ”.

Los plazos de vida para el Nene han sido desalentadores, sin embargo ha logrado rebasarlos todos.

“El segundo doctor iba a realizarme un bypass, me abrió el estómago y prefirió cerrarme de nuevo. Le dijo a mi esposa e hijos que me quedaba solo un mes a lo mucho”. Ese tiempo, resalta el locutor, caducó el pasado 8 de marzo, “quiere decir que estoy viviendo un tiempo extra, yo le llamo el tiempo de Dios y se hará lo que él quiera”.

Ojeada a su vida

El Nene no toma medicinas, dice que su medicina es Jesús. LA PRENSA/Roberto Fonseca

La infancia y adolescencia del Insolente Nene no fue del todo buena, afirma que sí —como todo niño—, tuvo momentos felices junto a sus cinco hermanos, pero… todo se complicó cuando su padre abandonó el hogar.

La necesidad sobreabundó y los varoncitos de doña Rosa Elena Vega Sevilla (q.e.p.d.) —incluyendo el Nene, como ella le decía de cariño, de ahí su apodo— tuvieron que salir a las calles a buscar el pan de cada día.

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“Íbamos a vender galletas a las paradas de buses, vendimos casetes y CD en los mercados, luego, más grandecito, ahí sí, me hice un chavalo de la calle”, relata.

Ser chavalo de la calle para el Nene significó no estudiar, pasar todo el día en las esquinas del barrio Santo Domingo, en mero mercado Oriental y posteriormente en el barrio Rubén Darío, significó tatuarse, escuchar y cantar reguetón, “eso sí”, aclara, jamás le robó a nadie.

Talentoso

LA PRENSA/FACEBOOK

De su padre, Domingo Guadalupe Rodríguez Guadamuz heredó Nene la locución y la animación radial, “mi papa fue uno de los grandes de la difusión radial entre los 70 y 80… yo digo que lo saqué de él porque nunca estudié, radio ni comunicación social”, refiere.

Su salto a la popularidad lo dio en sus participaciones como cantante de reggaeton en los festivales de la Cámara Matizona. Posteriormente, del año 2000 a la actualidad, incursionó en muchísimas radios y entró a un mundo de excesos por los que según él se deterioró su salud.

Más información: “El insolente nene”, el locutor de radio al que los médicos le dan seis meses de vida pide ayuda para operarse de cáncer

“Uno chavalo entra a ese mundo farándula y se vuelve loco, vienen los amigos y te influencian con los vicios, yo bebía casi todos los días y lo peor es que mezclaba. No comía bien y fumaba como contratado”, menciona apesarado.
Hoy día el famoso locutor se considera un hombre en proceso de restauración. Sigue trabajando en el campo radial pero con un programa cristiano llamado: “El momento de Dios” y recomienda a la juventud que no pierdan el control ante los placeres y las modas del mundo. También, agradece el apoyo monetario de sus seguidores y amigos, pero aclara que por ahora lo que más necesita son oraciones.

“La radio es un mundo mágico, eso quiere decir que mientras más bonita es la voz, más feo es el locutor, yo lo viví… por eso, aconsejo a los jóvenes que están iniciando en ella que no pierdan la cabeza con la fama, todo es pasajero, disfruten, pero no agarren mañas, no se pierdan”, dijo.

Espectáculo

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